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domingo, 11 de febrero de 2024

REZAR CON BERNARDITA







Con las palabras de Bernardita 

«Oh Jesús, dadme os ruego el pan de la humildad,
el pan de la obediencia,
el pan de la caridad,
el pan de fuerza para romper mi voluntad y fundirla en la vuestra…
el pan de la paciencia para soportar las penas que mi corazón sufre…
el pan de no ver sino a vos sólo en todo y siempre»

« He esperado en vos, Señor. Sed mi casa de refugio pues vos sois mi fuerza»

« Este me basta… Sólo Jesús por riqueza»


Con las palabras de los peregrinos 


Para poner en tus pasos mis pasos demasiado vacilantes,
por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.

Son para mí un símbolo de buen sentido a la vez que
de espíritu de pobreza y de sencillez.
Sabes bien que, por desgracia, todo esto me falta.
Por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.

Ibas a recoger la leña que se convierte en llama
y reúne a las personas reconfortándolas.
Para que también yo pueda calentar a quienes buscan,
sea sonrisa o palabra o silencio o sostén,
Por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.

Y si son demasiado pequeños, que me hagan humilde.
Que camine sabiendo que soy limitada,
con pasitos, caídas, y « vueltas a levantar ».
Por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.

Para proseguir el camino de confianza de María,
para descubrir el Agua Viva ofrecida a los sedientos,
para acudir al banquete al que Jesús nos invita
para compartir su palabra y su pan,
por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.

Para ir hacia el Padre que me espera y me quiere,
para entrar en la fiesta al final del camino,
después de haber caminado, llevando mis alegrías, mis penas,
pidiéndote que me dieras la mano,
por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.


Marie-Louise Pierson

BERNARDITA EN LOURDES (1844-1866)

 












Bernardita Soubirous nació en Lourdes, pequeña ciudad de los Pirineos, el 7 de Enero de 1844 en una familia de molineros que vivían con cierta holgura en los primeros años de la vida de Bernardita.


Poco a poco, los problemas de salud se acumulan en la familia. Empiezan a desaparecer los molinos de agua, es el comienzo de la industrialización. Falta el dinero en el molino. Luisa y Francisco Soubirous se endeudan como tantos otros. En pocos meses se convierten en jornaleros, no teniendo más que la fuerza de sus brazos para prestar a quien les quiera dar un trabajo.


En 1854, con sus cuatro hijos tienen que abandonar el molino de Boly. Cambian varias veces de domicilio, cada vez menos caro y más pequeño hasta ser alojados gratuitamente en un único cuarto sombrío e insalubre de la antigua cárcel de la ciudad, “el Cachot”, «un tugurio infame y sombrío donde ningún ser humano podía vivir» (Procurador imperial Dufour – hablando del Cachot).


Para los Soubirous es una sucesión de miseria: paro, expulsión, sospecha, exclusión, desprecio… Bernardita tiene una salud frágil, sufre del estómago y atacada por una epidemia de cólera le quedará un asma tenaz. Bernardita forma parte de los niños que, en esta época en Francia, no saben ni leer ni escribir porque están obligados a trabajar. Está escolarizada solo por momentos en la clase de las niñas pobres del Hospicio de Lourdes dirigido por las “Hermanas de la Caridad de Nevers”.


El año 1858 fue para ella el tiempo de las apariciones.


El tiempo de las apariciones…


El 11 febrero de 1858, Bernardita Soubirous, de 14 años, sale del Cachot con su hermana y una amiga para ir a buscar leña al borde del Gave, en Massabièlle. Había que calentarse.


Todo empezó con el ruido del viento en los álamos… En el hueco de la roca, Bernardita divisa «una señora de blanco».


«¡Creí engañarme. Me froté los ojos… Volví a mirar y veía siempre a la misma señora!»


«¿Quieres tener la bondad de venir aquí durante quince días?»




La Virgen María viene de este modo a su encuentro 18 veces entre Febrero y Julio.


No le desvela su nombre hasta el 25 de Marzo. Es la 16ª aparición. La mayor parte de los encuentros son sin palabras…,


La 3ª vez, el 18 de Febrero, Bernardita escucha las primeras palabras de la Señora:  «¿Quieres tener la bondad de venir aquí durante quince días?»


En medio de la quincena, el 24 y el 25 de Febrero, Bernardita recibe un mensaje «Ruega por los pecadores», y la Señora le pide «ir a beber a la fuente y lavarse»… Después de haber escarbado la tierra fangosa en el fondo de la Gruta, Bernardita descubre el manantial.


El 2 de Marzo, Bernardita recibe de la Señora una doble misión: 

«Vete a decir a los sacerdotes que se venga aquí en procesión y que se construya una capilla».


« Me miraba como una persona que habla a otra persona »


A través de estos encuentros sorprendentes, Bernardita Soubirous comprende, gracias a María, que Dios se interesa por ella, que se hace cercano de los más pobres, de aquellos a los que el mundo ignora y excluye.


Durante todo ese tiempo, Bernardita no se deja intimidar, ni por los que le interrogan ni por el gentío. Se mantiene sencilla y libre.


«Estoy encargada de decíroslo, no de hacéroslo creer ».


Después, se la acoge en el Hospicio de Lourdes dirigido por las Hermanas de la Caridad de Nevers. Fue para ella el tiempo de reflexión sobre lo que quería hacer de su vida.


Después de las apariciones, el tiempo de la elección

A Bernardita Soubirous se la acoge como interna a cambio de ayuda en el Hospicio de Lourdes dirigido por las Hermanas de la Caridad de Nevers.

Allí pasó 8 años.



Ve vivir a las hermanas en el día a día con los enfermos, los ancianos pobres y con las niñas de familias sin recursos. Ciertamente, las hermanas están cerca de los más pobres, como lo pedía el fundador de la Congregación, Juan-Bautista Delaveyne.


« Quiero a los pobres, me gusta cuidar a los enfermos, me quedaré con las Hermanas de Nevers».


La comunidad acoge a Bernardita, dejándola libre para que encuentre ella misma su camino. Coge tiempo para decidirse: «Me quedo con las hermanas porque no me han forzado», y «quiero a los pobres, me gusta cuidar a los enfermos, me quedaré con las Hermanas de Nevers ».


En 1866 se va a Nevers; en adelante su vida será con las Hermanas de la Caridad de Nevers.




Bernardita en Nevers (1866-1879)


Los primeros días


La noche del 7 de Julio de 1866, con la superiora de Lourdes y otras dos jóvenes, Bernardita Soubirous atraviesa el umbral de la Casa Madre en Nevers, llamada entonces Saint-Gildard.


Nada más entrar puede leer estas palabras «Deus Charitas est», grabadas en la piedra del frontispicio de la Casa. Estas palabras hablan del espíritu de la Congregación desde su fundación.


Al día siguiente de su llegada a Saint Gildard, con su vestimenta pirenaica, Bernardita hace por última vez el relato de las apariciones ante 300 hermanas reunidas para escucharla.


Después de esto, entra en el tiempo de la formación a la vida religiosa.



Su vida cotidiana de Hermana de la Caridad de Nevers


El 30 de octubre de 1867, Bernardita, con otras 44 novicias, hace su primer compromiso en la vida religiosa. Le hubiese gustado ir a una comunidad para cuidar a los enfermos y a los pobres. A causa de su salud, queda en la Casa Madre con el empleo de ayudante de enfermera y el de la oración.


Durante esos 13 años en Saint Gildard, Bernardita será sucesivamente ayudante enfermera, responsable de la enfermería, sacristana y muy a menudo ella misma enferma. Su vida es sencilla, ordinaria. Bernardita tiene un carácter jovial, está disponible a lo que se le pida.



«No viviré un instante de mi vida sin amar»


Pasa largas temporadas en la enfermería. Un tumor en la rodilla y una tuberculosis pulmonar le hace sufrir mucho. Muere el 16 de Abril de 1879 a los 35 años. Fue enterrada en la Capilla Saint Joseph, situada en el jardín.

Será canonizada y declarada santa el 8 de Diciembre de 1933.



FUENTE:  https://www.sainte-bernadette-soubirous-nevers.com







SANTA BERNARDITA SOUBIROUS, VIDENTE DE NTRA. SRA. DE LOURDES (11/FEB)











Desde 1866, fecha de su llegada a Nevers, a la Congregación de las Hermanas de la Caridad, el espíritu de Bernardita Soubirous nunca dejó de habitar estos lugares.


Ellos nos relatan los pequeños y grandes momentos de su historia, su vida al servicio de los demás; protegen su cuerpo intacto, nos revelan sus palabras y sus oraciones, sus alegrías y sufrimientos, y atraen a voluntarios para el servicio del santuario y de los peregrinos.


Sus palabras

Sus escritos y sus palabras…

Bernardita no aprendió a leer y a escribir hasta los 14 años. De sus escritos cuando era hermana de la Caridad de Nevers podemos retener su «carnet de notas íntimas» (1873-1874), algunas notas esparcidas y su correspondencia con su familia.


  • Respecto a sus encuentros con la Señora 


"Me miraba como una persona que habla a otra persona"


"No estoy encargada de hacéroslo creer, estoy encargada de decíroslo"


  • Respecto a su elección de vida


"Me gusta cuidar a los pobres y enfermos, me quedaré con las Hermanas de Nevers"


  • Respecto a su vida cotidiana de hermana de la Caridad de Nevers


"No viviré un instante de mi vida sin amar"


"Tendré siempre la suficiente salud pero nunca el suficiente amor"


"El primer movimiento no nos pertenece, pero el segundo sí que nos pertenece"



  • Sobre su vida interior 


"Sólo Jesús por maestro, Sólo Jesús por riqueza, Sólo Jesús por amigo" 


"Dios habla al corazón sin ningún ruido de palabras"


"Oh Jesús dadme, os ruego, el pan de la humildad…el pan de la Caridad…" 


  • Algunos días antes de su muerte 


"Oh, Jesús mío, ¡cuánto os quiero!"


"Estoy molida como un grano de trigo" 


"No olvidaré a nadie"




Fuente:   https://www.sainte-bernadette-soubirous-nevers

sábado, 12 de febrero de 2011

NTRA. SRA. DE LOURDES (11/FEB)





LETANÍAS BREVES A NUESTRA SEÑORA DE LOURDES


Santa María, ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.

Santa Virgen de las vírgenes, ruega por nosotros.

Nuestra Señora de Lourdes, Virgen Inmaculada, ruega por nosotros.

Virgen Santísima de Lourdes que resplandeciente de belleza celestial, apareciste muchas veces en la gruta de Lourdes, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes que nos suplicaste que orásemos por la conversión de los pecadores, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, que nos hiciste saber que te sería agradable que se visitase la gruta milagrosa, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, que hiciste brotar allí una fuente de agua cristalina y milagrosa, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, que escogiste entre todos tus privilegios el de la Inmaculada Concepción para que sea allí especialmente honrado, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, que te hiciste conocer diciendo:  "Soy la Inmaculada Concepción", ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, que obtienes la gracia de la conversión a los pecadores más obstinados, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, que fortaleces a los justos en el camino de la virtud, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, que alcanzas la salud a los enfermos, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, que más de una vez has ahuyentado la muerte próxima a herir a sus víctimas, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, esperanza y sostén de los moribundos, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, Reina del cielo, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, Auxilio en la tentación, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, bandera de la ilusión, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, Consuelo en el dolor, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, dechado de generosidad, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, Espejo de Dios, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, fuerte en la prueba, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, guía en la duda, ruega por nosotros.

Señora nuesta de Lourdes, Hermana cariñosa, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, imán de la redención, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, joven de espíritu, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, Lucero esperanzador, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, Madre de la gracia, ruega por nosotros.

Señora nuestra de Lourdes, Auxilio y Consuelo del pecador, ruega por nosotros





jueves, 11 de febrero de 2010

11 DE FEBRERO: NTRA. SRA. DE LOURDES

SEÑORA NUESTRA DE LOURDES,
QUE TE DISTE A CONOCER DICIENDO:
"YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN",
RUEGA POR NOSOTROS





TESTAMENTO ESPIRITUAL DE SANTA BERNARDITA SOUVIROU

“Por la pobreza en la que vivieron papá y mamá, por los fracasos que tuvimos, porque se arruinó el molino, por haber tenido que cuidar niños, vigilar huertos frutales y ovejas; y por mi constante cansancio...., te doy gracias, Jesús.

Te doy las gracias, Dios mío, por el fiscal y por el comisario, por los gendarmes y por las duras palabras del Padre Peyramale...

No sabré cómo agradecerte, si no es en el paraíso por los días en que viniste, María, y también por aquellos en los no que no viniste. Por la bofetada recibida, y por las burlas y ofensas sufridas, por aquellos que me tenían por loca y por aquellos que veían en mí a una impostora; por alguien que trataba de hacer un negocio..., te doy las gracias, Madre.

Por la ortografía que jamás aprendí, por la mala memoria que siempre tuve, por mi ignorancia y por mi estupidez, te doy las gracias.

Te doy las gracias porque si hubiese existido en la tierra un niño más ignorante y estúpido tú lo hubieses elegido...

Porque mi madre haya muerto lejos. Por el dolor que sentí cuando mi padre, en vez de abrazar a su pequeña Bernardita, me llamó “hermana María Bernarda”..., te doy las gracias.

Te doy las gracias por el corazón que me has dado, tan delicado y sensible, y que me colmaste de amargura...

Porque la madre Josefa anunciase que no sirvo para nada, te doy las gracias. Por el sarcasmo de la madre maestra, por su dura voz, por sus injusticias, por su ironía y por el pan de la humillación..., te doy las gracias.

Gracias, por haber sido como soy, porque la madre Teresa, pudiese decir de mí: “Jamás le cedáis lo suficiente”...

Doy las gracias por haber sido una privilegiada en la indicación de mis defectos, y que otras hermanas pudieran decir: “Que suerte que no soy Bernardita”.

Agradezco haber sido la Bernardita a la que amenazaron con llevarla a la cárcel porque te vi a ti, Madre...Agradezco que fui una Bernardita tan pobre y tan miserable, que, cuando me veían, la gente decía: “¿Esa cosa es ella?”.., la Bernardita que la gente miraba como si fuese el animal más exótico....

Por el cuerpo me diste, digno de compasión y putrefacto..., por mi enfermedad que arde como el fuego y quema como el humo, por mis huesos podridos, por mis sudores y fiebre, por los dolores agudos y sordos que siento..., te doy las gracias, Dios mío.

Y por el alma que me diste, por el desierto de mi sequedad interior, por tus noches y por tus relámpagos, por tus rayos..., por todo. Por ti mismo, cuando estuviste presente y cuando faltaste... te doy las gracias, Jesús”.

jueves, 12 de febrero de 2009

MILAGRO DE CONVERSIÓN EN LOURDES (por F. R. de la Cuesta)



Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina, converso en Lourdes

“Has querido responder a mi duda con un gran milagro”


No volvía a Lourdes desde el año 1958, centenario de las apariciones. Después, he seguido paso a paso los milagros y las manifestaciones de fe y religiosidad de que Lourdes es protagonista.



Como todo el mundo sabe, Lourdes es una ciudad francesa de los Altos Pirineos. En 1858 fue escenario de las aparaciones de la Virgen a la que hoy es santa Bernadette Soubirous.


Al lado de la gruta de Nuestra Señora se construyó una grandiosa basílica en 1876, de estilo gótico. Más tarde, se construyó otra iglesia, llamada del Rosario, de estilo bizantino, en 1901. Junto a la gruta, brota la milagrosa fuente que llena las piscinas donde se introducen los enfermos y bebemos en múltiples chorros las frescas aguas, llenando pequeños recipientes para llevarnos tan preciada reliquia.



Después de mi visita a Lourdes, conocí la vida y la obra del Premio Nobel de Medicina profesor Alexis Carrel, ejerciendo en Estados Unidos. Era necesario conocer su biografía, su conversión en Lourdes cuando acompañaba, incrédulo, como médico, a una expedición de enfermos. Tenía, entonces, especial cuidado con una enferma de peritonitis tuberculosa en estado preagónico. A aquella enferma, caquéxica, con el vientre hinchado, delante de la gruta de la Señora, se le fue bajando la dilatación abdominal y, levantándose, caminó sola hacia los pies de la imagen de la Virgen. El doctor Alexis Carrel fue testigo presencial de aquel milagro. La Medicina no podía explicar aquello. Alexis Carrel escribió, en el puño de su camisa, la fecha de aquel día, para no olvidar lo que estaba ocurriendo y para estar seguro de la realidad, ya que todo le parecía imposible, un sueño, porque él no creía. Y Alexis Carrel se convirtió. Todos sus escritos, desde entonces, están impregnados de amor a Dios y a la Virgen. Le costó muchos disgustos. Su vida y sus libros son impresionantes: La incógnita del hombre, Viaje a Lourdes, etc.



Desde 1858, año de la aparición, jamás se ha visto abandonada esta gruta de Masabielle, éste Balcón de luz divina, esta gruta celestial del catolicismo, ni en los años turbios de las dos Grandes Guerras, ni en los años y días presentes de convulsiones y luchas económicas, de crisis políticas y de ideologías paganas. Nada ni nadie ha logrado menoscabar esta actualidad inalterable y permanente que es Lourdes. Ya lo dijeron muchos: “Se advierte al punto que una disciplina interior modela aquí las almas”.



Volviendo a la conversión del Premio Nobel de Medicina profesor Alexis Carrel, copio esta bella oración del gran genio pionero de los trasplantes de órganos, y descubridor de la sutura de los vasos sanguíneos, que escribió en su libro Viaje a lourdes:




“Virgen Santa, socorro de los desgraciados que te imploran humildemente, sálvame. Creo que Tú has querido responder a mi duda con un gran milagro. No lo comprendo, y dudo todavía. Pero mi gran deseo y objeto supremo de todas mis aspiraciones es ahora creer, creer apasionadamente y ciegamente, sin discutir ni criticar nunca más. Tu nombre es más bello que el sol de la mañana. Acoge al inquieto pecador que, con el corazón turbado y la frente surcada por las arrugas, se agita corriendo tras las quimeras. Bajo los profundos y duros consejos de mi orgullo intelectual yace, desgraciadamente ahogado todavía, un sueño, el más seductor de todos los sueños: el de creer en Ti y de amarte como aman los monjes de alma pura”.