HIMNO
Fiesta de perfumes el aire dorado.
Color el paisaje. Mayo, primavera.
Al soplo de vida se van desprendiendo
del papel pautado las notas primeras.
Bandada de pájaros que dejan sus nidos
volando hacia Ella.
Después, generoso, con suave desorden
todo el pentagrama se derrama en fiesta.
Los blancos piropos la van envolviendo
cada vez más íntimos, cada vez más cerca.
Como si quisieran rozar con sus alas
la frente de seda.
Como si anhelaran repetirle a solas
la canción angélica.
Pájaros o ángeles, vuelos musicales
en torno a María, la blanca Princesa.
Notas o piropos que un enamorado
soñó para Ella.
Y el papel pautado, como la alta rama
vacío se queda.
Cada nota un alma prendida le lleva.
Y en el aire lleno de sonoradides
-jirón de pureza-,
un eco encendido sigue repitiendo:
"Ave, gratia plena; Ave, gratia plena".
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Amén.
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