MARÍA AUXILIADORA, PATRONA CANÓNICA DE POZO DEL CAMINO

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sábado, 24 de enero de 2009

SAN FRANCISCO DE SALES, PATRÓN DE LOS SALESIANOS



Celebramos hoy, día 24 de enero, la fiesta de San Francisco de Sales. Un santo del siglo XVII, obispo de Ginebra, en el que Don Bosco se fijó de una manera especial por su bondad, paciencia y llamada a la alegría serena, vivida en la vida ordinaria. Lo propagó con su palabra y sus abundantes escritos. Es patrono de los periodistas y comunicadores. De San Francisco de Sales tomó Don Bosco el nombre de "salesianos".


Ofrecemos, como pequeño homenaje, algunas frases de San Francisco de Sales para acompañar esta jornada:


"Nos proponemos tantas veces ser ángeles buenos, que se nos olvida sencillamente ser buenas personas".


"Preocupémonos por obrar bien hoy; el mañana vendrá también a llamarse hoy, y entonces pensaremos en él".


"Los grandes propósitos se logran a fuerza de paciencia y holgura de tiempo. Las cosas que crecen en un día, se pierden en otro".


"Si se está apenado, Jesús regocija; si se está tentado, Él ayuda; si se está herido, Él cura".


"Todo por amor, nada por la fuerza".

jueves, 22 de enero de 2009

22 DE ENERO: BEATA LAURA VICUÑA, SALESIANA



LA HIJA QUE OFRECIÓ LA VIDA POR SALVAR A LA MADRE



Nació en Santiago de Chile, el 5 de abril de 1891 y murió en Argentina el 22 de enero de 1904, a la edad de sólo 13 años. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 3 de septiembre de 1988.


Su padre es un alto militar y jefe político de Chile. Una revolución derroca al gobierno y la familia Vicuña tiene que salir huyendo, desterrados a 500 kilómetros de la capital. Allá muere el papá y la familia queda en la miseria. Laura tiene apenas dos años cuando queda huérfana de padre.


La mamá, con sus dos hijas, Laura y Julia, emprende un larguísimo viaje de ocho meses hacia las pampas de Argentina. Allá encuentra un ganadero brutal y matón, y movida por su gran miseria, la pobre Mercedes se va a vivir con él en unión libre. El hombre se llamaba Manuel Mora.
En 1900 Laura es internada en el colegio de las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora en el colegio de Junín de los Andes.


Allí, en clase de religión, al oír que la profesora dice que a Dios le disgustan mucho los que viven en unión libre, sin casarse, la niña cae desmayada de espanto. En la próxima clase de religión, cuando la religiosa empieza a hablar otra vez de unión libre, la niña empieza a palidecer. La profesora cambia de tema pero consulta el caso con la hermana directora del colegio: "¿Por qué será que Laura Vicuña se asusta tanto cuando se habla del pecado que es el vivir en unión libre?". La superiora le aconseja: "Vuelva a tratar de ese tema, y si ve que la niña se asusta, cambie de tema". Así lo hace.


Laurita se ha dado cuenta de un gravísimo mal: su madre, el ser que ella más ama en el mundo, después de Dios y la Virgen, su mamá Mercedes, vive en pecado mortal y está en grave peligro de condenación eterna. ¡Es terrible!.


Y Laura hace un plan: ofrecerá su vida a Dios, con tal de que la mamá abandone a ese hombre con el cual vive en pecado. Comunica el plan al confesor, el Padre Crestanello, salesiano. El le dice: "Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te puede llegar la muerte muy pronto". Pero la niña está resuelta a salvar el alma de la mamá a cualquier costo, y ofrece su vida al Señor Dios, en sacrificio para salvar el alma de la propia madre.


En el colegio es admirada por las demás alumnas como la mejor compañera, la más amable y servicial. Las superioras se quedan maravilladas de su obediencia y del enorme amor que siente por Jesús Sacramentado y por María Auxiliadora.


El día de su primera comunión ofrece su vida en sacrificio a Jesús, y al ser admitida como "Hija de María", consagra su pureza a la Sma. Virgen María.


Va a pasar vacaciones a donde vive su madre. Manuel Mora trata de irrespetarla pero ella no lo permite. Prefiere ser abofeteada y azotada brutalmente por él pero no admite ningún irrespeto a su virtud. Manuel aprende a respetarla.


En una gran inundación que invade el colegio, Laura por salvar la vida de las más pequeñas, pasa largas horas de la noche entre las frías aguas sacando niñas en peligro, y adquiere una dolorosa enfermedad en los riñones. Dios empieza a aceptar el sacrificio que le ofreció por salvar el alma de su mamá.


Laura empieza a palidecer y a debilitarse. Siente enorme tristeza al oír de los superiores que no la podrán aceptar como religiosa porque su madre vive en concubinato. Sigue orando por ella. Cae a cama. Dolores intensísimos. Vómitos continuos. Se retuerce del dolor. La vida de Laura se está apagando. "Señor: que yo sufre todo lo que a Ti te parezca bien, pero que mi madre se convierta y se salve".


Va a entrar en agonía. La madre se acerca. "Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tu no vivas más en unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente". Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?


"¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida".


Laura manda llamar al Padre Confesor. "Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre". Madre e hija se abrazan llorando.


Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Siente que ya nada le retiene en esta tierra. La Divina Misericordia ha triunfado en el corazón de su amadísma mamacita. Su misión en este mundo ya está cumplida. Dios la llama al Paraíso.


Recibe la unción de los enfermos y su última comunión. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a su lecho de moribunda le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima!.


Lanza una última mirada a la imagen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús, gracias María", y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904. Iba a cumplir los 13 años.


La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa.


Laura Vicuña ha hecho muchos milagros a los que le piden que rece por ellos ante Nuestro Señor.




ORACIÓN

SEÑOR JESÚS: TÚ QUE CONCEDISTE A LAURA VICUÑA LA GRACIA DE OFRECER SU VIDA POR LA SALVACIÓN DE SU PROPIA MADRE, CONCÉDENOS TAMBIÉN A TODOS NOSOTROS LA GRACIA DE OBTENER BUENAS OBRAS, LA CONVERSIÓN Y SALVACIÓN DE MUCHOS PECADORES. AMÉN.

miércoles, 21 de enero de 2009

DON BOSCO, APÓSTOL DE MARÍA AUXILIADORA EN LA IGLESIA



Don Bosco no se habría convertido en el más grande apóstol de María Auxiliadora de todos los tiempos si él no hubiera pasado por la experiencia, colmada de sobrenatural, de la construcción de la iglesia de María Auxiliadora.

La conciencia popular no tardó en descubrir el maravilloso entendimiento entre María Auxiliadora y Don Bosco, en vínculo indeleble que les unía. Don Bosco era verdaderamente 'el Santo de María Auxiliadora' y María Auxiliadora era 'la Virgen de Don Bosco'.
Además del Santuario de Turín, Don Bosco:

► Escribe y divulga seis libritos en los que ilustra el título de Auxiliadora convirtiéndose así en el teólogo de dicho título.

► Funda el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora (1872) como "monumento de perenne reconocimiento de los innumerables favores obtenidos de tan buena Madre".

► Pone en marcha la Obra de María Auxiliadora para las vocaciones tardías. Esta obra, aunque ha desaparecido en la actualidad, ha dejado vinculado a la devoción a María Auxiliadora el compromiso por las vocaciones.

► A petición de los fieles funda la ARCHICOFRADÍA DE MARÍA AUXILIADORA que Pío IX aprobó el 5 de abril de 1870 y que hoy se encuentra esparcida en el mundo entero (en Pozo del Camino fue eregida canónicamente el 24 de Octubre de 2.004)

► Compone y hace aprobar por Roma la Bendición de María Auxiliadora de la cual dice el IV sucesor de Don Bosco, Don Ricaldone, que es "un pequeño monumento de piedad litúrgica y mariana".

► Difunde la popular novena, conocida por todos, de cuya eficacia son incontables los testimonios en el mundo entero.

► Populariza la jaculatoria "María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros", grabada en el corazón de todos los miembros de la Familia Salesiana.

A todo ello añadimos sus charlas, sermones, buenas noches y los millones de estampas, medallas y cuadros que difundió por el mundo entero.

EL CUADRO Y LA IMAGEN QUE DON BOSCO IDEÓ



Don Bosco colocó en el altar mayor del Santuario de Turín un grandioso cuadro de siete metros de alto, en cuyo centro está la imagen de María Auxiliadora. Don Bosco mismo dio instrucciones minuciosas al pintor Lorenzone de cómo quería el cuadro. Lorenzone confesaría luego que al diseñar el rostro de la Virgen una mano invisible guiaba los pinceles.


Este cuadro constituye la página más densa de la teología de Don Bosco sobre la Auxiliadora, que es la teología de la Iglesia sobre la Iglesia. Mirar el cuadro es contemplar a la Virgen en medio de un gigantesco dinamismo eclesial, es "descubrir una relación, casi diría connatural, entre espíritu salesiano -empapado de apostolado eclesial- y devoción a María Auxiliadora".

lunes, 19 de enero de 2009

MARÍA AUXILIADORA SE CONSTRUYE SU PROPIA CASA



Desde los primeros años de su sacerdocio Don Bosco tenía el propósito de construir un templo en honor de María Santísima. El segundo domingo de octubre de 1844 Don Bosco tiene un sueño profético, eco, una vez más del de los nueve años. Después de un largo y fatigoso viaje a través del sueño contempla finalmente una iglesia grande y hermosa en cuyo interior vio escrito: "Aquí mi casa, de aquí mi gloria". Luego en 1845, en un nuevo sueño, contempla una hermosa iglesia en el campo de los mártires turineses en el mismo lugar donde se levanta hoy el Santuario - Basílica de María Auxiliadora.
En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia. Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegará a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia".