domingo, 5 de noviembre de 2023

CAMINA CONMIGO (I), 24 FRASES PARA EL CAMINO: SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ

 






Las frases pertenecen a los escritos de Santa Ángela de la Cruz (1846-1932).  Religiosa sevillana, fundadora de la Compañía de la Cruz. Beatificada en Sevilla  el 5 de noviembre de 1982, por Juan Pablo II.  Canonizada en Madrid por el mismo Papa el 4 de mayo de 2003.



01.  Debemos mirar los motivos de sufrimientos con los ojos de la fe, que nos dice que son los medios para santificarnos.

02.  La cruz, que es también un camino de Dios, tiene que ser nuestro camino.  Y su cruz aceptada nos lleva directamente a la Salvación.


03.  ¡Qué buena es María, nuestra Madre, nuestra Reina, nuestra Señora, nuestra Maestra y protectora!


04.  La que ama a Dios se multiplica porque va pareja la confianza con el amor, y lo que ella no puede, lo puede Dios.


05.  El cristiano tiene que echar fuera de sí todo lo ilícito, renunciar a todo antes que pecar.


06.  Hasta donde llegue vuestra fe llegará la gracia de Dios.


07.  ¡Qué bueno es vivir completamente unida a la voluntad de Dios en las alternativas de la vida!


08.  En el amor está el mérito de nuestras acciones.  Está el ser dichosas.  Está la perseverancia.  Está el remedio de nuestros males.  Está la fortaleza para vencer a nuestros enemigos y para caminar a pasos firmes hasta entrar en la gloria.


09.  En morir en esta vida por el ejercicio de las virtudes, y principalmente por la abnegación de la propia voluntad, está la vida espiritual en este mundo y da principio a la que ha de durar por toda la eternidad.


10.  Mirad por las necesidades.  No rehuséis los sacrificios que tenéis que llevar a cabo, porque todos serán recompensados por nuestro buen Dios, que los recibe como hechos a Él directamente.


11.  No tienes motivo de desconfianza, sino de confiar que te harás santa; porque en la nada obra nuestro Señor la santidad, para que se vea que todo lo bueno que hay en el mundo es obra de Dios.  

    "Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia".  Respecto del prójimo, es compadecerse de sus miserias, socorrerles en sus necesidades, muy particularmente las espirituales, ayudando a los pecadores a salir de culpa y adoctrinando a la juventud para que conozcan a Dios y le amen.

    No obremos nunca por otros motivos que por los de agradar a Dios, que ya sabemos que es lo que nos ha de poner en posesión de su eterna unión:  no el hacer mucho, grande y ruidoso; sino hacer su santa voluntad hasta en las cosas más pequeñas y menudas.


12.  ¡Cuánto se va aumentando el amor en el alma que obra por la fe y vive descansando en la esperanza!


13.  Estamos muy escasas de mortificación por no respirar el espíritu de Jesucristo, y por eso no estamos prontas para el sacrificio.


14.  En la oración está el remedio de todos los males; la oración cura todas las enfermedades, cicatriza todas las heridas, endulza las amarguras.


15.  No dar lugar  a la tristeza por nada de lo que pueda ocurrir, que para los que sirven a Dios no debe haber penas, endulzándolas todas con la voluntad de Dios.


16.  Con santo recogimiento estudiad mucho lo que Dios os pide, y haced propósitos eficaces de darte todo cuanto quiere.
 

17.   Ánimo, paz y alegría; esto no puede faltar nunca a los seguidores de Cristo.


18.  Porque nuestro país es la cruz.  En la cruz voluntariamente nos hemos establecido y fuera de la cruz somos forasteras.  Pues la que, establecida en la cruz, quiere vivir sin cruz es tanto como querer vivir errantes fuera de su país donde puede gozar de paz y ventura.


19.  ¡Bendita sea la comunión que sana todos los males, cicatriza todas las heridas y da la paz y tranquilad a las almas!


20.  Son tantos los beneficios que diariamente recibimos de la mano amorosa de nuestro Dios y Señor, que toda nuestra correspondencia, así fuera angélica, no sería suficiente a pagar.


21.  Amad mucho a Dios, que os ha mirado con predilección siempre:  despiertas, durmiendo, trabajando y descansando, en toda hora y momento.


22.  La que no esté animada de una santa alegría no contribuye a los planes de Dios, que quiere que le sirvamos con alegría, para hacer de nosotras lo que sea de su agrado aunque a nuestra voluntad le repugne un poco.


23.  Cuánta debe ser nuestra confianza en la misericordia de Dios, que como Padre cariñoso todo nos lo perdona, nos lo dispensa y no quiere más que nuestro bien.


24.  Apliquémonos las enseñanzas de nuestra Santísima Madre:  Ella conoció la voluntad de Dios, y la vemos siempre firme repitiendo el ofrecimiento que hizo de Sí misma a su Dios.  Nada la hizo variar:  ni los acontecimientos, ni los contratiempos, ni las humillaciones, ni los dolores del Calvario; siempre firme y contenta haciendo la voluntad de su Padre celestial.
  

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