jueves, 1 de diciembre de 2011

EL HUMOR ES MUY CRISTIANO Y MUY SALESIANO

A menudo las iglesias son vistas como lugares tétricos donde la solemnidad no deja un ápice a la improvisación y a la risa, lo que muchos no saben es que precisamente entre sermones y plegarias suelen ocurrir las anécdotas más graciosas que nos pueden pasar en la vida. El programa de radio ¡Buenos Días, Javi Nieves! de la CADENA100 lo comprobó el viernes 25 de noviembre y recogió en su página de FACEBOOK las historias más curiosas de sus más "fieles" oyentes.

El terrible Malamén y el juego macabro
El sobrino de Julio Molina le preguntó bastante asustado durante una misa: “tío, ¿tú no tienes miedo al Malamén?". Su tío le dijo: “¿quién es ese?”, a lo que el pequeñajo contestó “pues que cuando rezan dicen ´líbranos del Malamén´”.

Mamen Peralbo admitió que estuvo hasta los ocho años rezando que “el Señor vendrá con Gloria a JUGAR a vivos y muertos". La niña se preguntaba cada día quién podía ser esa señora "Gloria" y en qué consistía ese juego tan macabro.

Ana Mateo Díaz confiesa: "el día de mi Primera Comunión con todo mi ímpetu canté: "A la marea, a la marea...a la marea, a la marea...a laaa mareaaa mi señorrr"...¡Y al agua que lo eché! Me quedé tan ancha...y lo peor es que tardé años en descubrir que lo que realmente decía la canción era "Alabaré a mi Señor".

Mer Honrubia cuenta que su padre un día le llevó a misa con una amiga cuando tenían once años. En mitad de la homilía, el cura, que era muy anciano, estaba leyendo "en tiempos del profeta Samuel..." y se quedó callado. Con toda la iglesia en riguroso silencio, esperando a que continuara con la lectura, suelta la amiga en voz alta: "Samuel? Sa muelto!!!!!!!!". Tuvieron que salirse de misa del ataque de risa que les entró.

“..Y un Jesús impotente aparecía ante la muchedumbre”. Es lo que leyó desde el atril Anabel Gallego en una misa de su colegio, por esta graciosa confusión se ganó un par de collejas de su “imponente” profe sor Bernardita.

"Abuela, saca el betadine!Pilar Mangas cuenta que un día su sobrino de tres añitos estaba en misa con la abuela y mientras el cura daba el sermón, el pequeño feligrés se quedó mirando fijamente a un crucifijo. Apesadumbrado y horrorizado por la escena le soltó a su abuelita delante de todos: “Mira, yaya, este también se ha caído en el parque. ¡Mira cuánta sangre tiene, saca el Betadine y las tiritas!”.

La madre de Jaime Olivava intentó explicar al niño en medio de misa un concepto tan complicado como la Santísima Trinidad. Al terminar de decirle que Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo, el pequeño gritó delante de todos: “¡Ahí va! ¡Es un transformer!”.

Mirtha dio a su hijo unas monedas para que las echara en misa, en el ofertorio. Luego llegó el momento de la comunión y los dos se acercaron hasta el altar, aunque él todavía no tenía la edad para comulgar. Delante del cura y enfadado, el pequeño le dijo: “¿a mí no me das?, si ya te he pagado”. (Como dice un famoso spot hay cosas que el dinero no puede comprar).

Pero ¿qué besas?
Si no eres un habitual de las iglesias te puedes ver haciendo el ridículo en un abrir y cerrar de ojos. Según cuenta Cati Ferriol, su primo fue a comulgar y al ver que el sacerdote le ponía una patena plateada debajo de la barbilla, le plantó un beso a la bandejita para jolgorio de la asamblea. Quizá pensó que le daban a besar la vajilla de la Última Cena.

Algo parecido le ocurrió al padre de Francisco Javier Gallego. En el momento de la consagración, el sacerdote levantó los brazos y dijo: "haced esto en conmemoración mía", el padre de Francisco Javier ni corto ni perezoso levantó los brazos desde su sitio imitando al sacerdote. Al mirar que nadie le acompañaba los bajó rápidamente y prometió pasarse por la Iglesia más a menudo.

La anécdota que le pasó a Enrique Romero es todavía más surrealista. Estaba en misa y cuando tocaba pasar el cepillo se quedó atónito al ver que la persona que estaba a su lado echaba un billete y como le parecía mucho cogía las vueltas. (Enrique es posible que no supiera que se había sentado junto al hermano mayor de la Cofradía de la Virgen del Puño).

Sara As contó que su primo era monaguillo en la iglesia de su pueblo y cada vez que el cura daba por terminada la misa dominical diciendo el "podéis ir en paz", su primo convencido repetía: "Podéis ir al bar". Y es que no sabéis bien la importancia que tiene el bar en los pueblos.

Desmadre en las bodas
La bodas también son un momento donde suceden cosas graciosas, a pesar de que intentemos controlar hasta el último de talle. Cuando se casó uno de los hermanos de la seguidora del programa Luisa Rojas, al arrodillarse en el altar junto a su novia, uno de sus hermanos pequeños le había escrito con tinta indeleble en la suela del zapato izquierdo la palabra: HELP y en la del derecho: ME. Ante semejante proposición a la novia no le quedó otra que dar el “sí quiero”.

Elsa Pérez estaba en su propia boda, y cuando llegó el momento de entregar las arras a su marido éstas no aparecían por ningún lado. Así que su madre y su tía, sin ninguna vergüenza, "fueron recolectando centimillo a centimillo entre todos los invitados" para asombro de los contrayentes. (A la madre no le parecía suficiente con una colecta que decidió hacer dos).

A la madre de Mayte Ato le dijeron en misa que apagara el móvil. "Bah, nunca me llaman", pensó, y dejó el aparato encendido. A mitad de la misa empezó a sonar bien fuerte su mensaje de avisos: "atención, ha llegado a su localidad el camión del tapicero. Tapizamos sillas, tresillos...". La salmodia celular retumbaba en la iglesia mientras el cura se desternillaba de risa y la madre de Mayte buscaba el móvil roja como un tomate.
FUENTE:  ReligionenLibertad.com

miércoles, 30 de noviembre de 2011

SALVEMOS NUESTRAS PALMERAS




Confiamos en que la gestión efectuada en el Ayuntamiento de Isla Cristina en días previos así como la realizada el pasado Lunes (28/NOV), sirva para salvar los ejemplares de palmera afectados por la voraz plaga del picudo rojo.












domingo, 27 de noviembre de 2011

ADVIENTO








Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven y escucha la súplica ardiente,
ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor Tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.

Ya mudura la historia en promesas,
sólo anhela tu pronto regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.

Con María, la Iglesia te aguarda
con anhelos de esposa y de madre,
y reúne a sus hijos en vela,
para juntos poder esperarte.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino.  Amén.










¡¡SANTO AÑO NUEVO LITÚRGICO A TODOS!!



IMÁGENES DE LA CORONA DE ADVIENTO  Y ALTAR DE NUESTRA AUXILIADORA

SABATINA DEL ÚLTIMO SÁBADO DEL TIEMPO ORDINARIO DE 2011 (26/NOV)







En las suaves montañas, ya la última huella
se borra lentamente de la luz vespertina.
Lámpara del crepúsculo, temblorosa estrella
sobre el muro se enciende.  El Señor la destina

a advertir a las almas que recuerden aquella
tarde del Gran Misterio, que los siglos domina,
en que fue cielo el casto seno de una Doncella
y la raza del hombre se hizo raza divina.

Entre la paz augusta que desciende a los montes,
plegaria de la tierra, la voz de la campana
llena de melodías los vagos horizontes...

Hacia arriba se tornan las miradas tranquilas,
y en una gran dulzura, toda la angustia humana
del corazón rebosa y tiembla en las pupilas...
Amén.



IMAGEN DE MARÍA AUXILIADORA DE CÓRDOBA




VENERABLE MAMÁ MARGARITA (25/NOV)









Maternidad educativa y sacerdotal

La vocación de una mamá viuda “¿Una mujer perfecta quién podrá hallarla?  Muy superior a las perlas es su valor… Sus hijos se levantan para proclamarla bienaventurada”  (Proverbios 31, 10.28).
Margarita vive su camino de fe en la elección matrimonial casándose con Francisco Bosco, que ha quedado viudo a los 27 años de edad.

Celebran sus bodas en la parroquia de Capriglio el 6 de junio de 1812, intercambiándose el anillo nupcial a los pies del altar durante el ofrecimiento del santo Sacrificio.

A la muerte prematura del esposo Margarita se encuentra, ella sola, con la responsabilidad de la familia en un momento de grave carestía. Tiene en casa a la mamá de Francisco, paralizada y necesitada de cuidados; Antonio, hijo de las primeras bodas de Francisco; y a sus dos hijos, José y Juan (El futuro Don Bosco).

Ante la propuesta de un nuevo matrimonio sumamente ventajoso contesta en forma constante: “Dios me ha dado un esposo y me lo ha quitado; mi esposo al morir me confió tres hijos y yo sería una madre cruel si los abandonara cuando más me necesitan”. Le contestaron que los hijos habrían sido confiados a un buen tutor que los habría cuidado perfectamente. “El tutor – apuntó la generosa mujer – es un amigo, yo soy la madre de mis hijos; no los abandonaré jamás ni por todo el oro del mundo. Es mi deber consagrarme totalmente a su educación cristiana”.

Mujer fuerte y sabia, justa y firme en sus elecciones, Margarita lleva un estilo de vida sobrio. En la educación cristiana de los hijos es severa, dulce y razonable. De esta forma cría a tres muchachos de carácter muy diverso, sin nivelar ni mortificar a ninguno de ellos. Obligada a realizar elecciones a veces dramáticas como alejar de casa a Juanito para salvar la paz en la familia y permitirle estudiar – secunda con fe y esperanza las inclinaciones de los hijos, ayudándolos a crecer en la generosidad y en la audacia. Al escuchar el sueño de los nueve años de Juanito, es la única que logra leerlo en la luz del Señor: “¡Quién sabe si no debas llegar a sacerdote!”.

Le permite estar con muchachos poco recomendables, porque con él se portan mejor.

Acompaña con amor a Juan hasta el sacerdocio, manifestando en diversas circunstancias una capacidad de discernimiento de la voluntad de Dios realmente especial: “Yo quiero absolutamente que tú examines el paso que quieres dar y que luego sigas tu vocación, sin mirar a nadie.

La primera cosa es la salvación de tu alma. El párroco quería que te disuadiera de esta decisión, pensando en la necesidad que yo podría tener más tarde de tu ayuda. Pero yo digo: en estas cosas no entro, porque Dios está ante todo. No te preocupes por mí. Yo de ti no quiero nada, no espero nada de ti. Tómalo muy en cuenta: he nacido en la pobreza, he vivido en la pobreza, quiero morir en la pobreza. Antes bien, te lo reafirmo: si te decidieras por el estado de sacerdote secular y por desgracia llegaras a ser rico, yo no vendré a visitarte ni una sola vez. ¡Recuérdalo bien!”. Y la tarde de la primera misa en el pueblo de nacimiento, Castelnuovo, mientras juntos vuelven a la casa de los Becchi, Mamá Margarita dice al hijo, neosacerdote, palabras memorables en la historia del sacerdocio católico:

“Eres sacerdote, celebras misa, de ahora en adelante estás por tanto más cerca de Jesucristo. Recuerda sin embargo que comenzar a decir misa significa comenzar a sufrir. No te darás cuenta en seguida, pero poco a poco verás que tu madre te ha dicho la verdad. Estoy segura de que todos los días rezarás por mí, ya sea que esté viva o haya muerto; eso me basta. Tú de ahora en adelante piensa solo en la salvación de las almas y no te preocupes por mí”.

Esta relación entre madre e hijo madura hasta la participación de Mamá Margarita en la misión educativa del hijo. “Mi querido hijo, tú puedes imaginar cuánto le cueste a mi corazón abandonar esta casa, a tu hermano y a los demás seres queridos; pero si te parece que ello pueda darle gusto al Señor, estoy lista para seguirte”. Deja la amada casita de los Becchi, lo sigue entre los jóvenes pobres y abandonados de Turín. Aquí durante diez años (los últimos de su vida) Margarita se entrega sin reserva a la misión de Don Bosco y a los comienzos de su obra, ejerciendo una doble maternidad: maternidad espiritual hacia el hijo sacerdote y maternidad educativa hacia los muchachos del primer oratorio, contribuyendo a educar hijos santos como Domingo Savio y Miguel Rúa.

Analfabeta, pero colmada de la sabiduría que viene de lo alto, es la ayuda de innumerables pobres muchachos de la calle, hijos de nadie.

En resumen, la gracia de Dios y el ejercicio de las virtudes han hecho de Margarita una madre heroica, una educadora sabia y una buena consejera del carisma salesiano naciente. Ella resplandece en el extraordinario número de mamás santas, que viven en la presencia de Dios y en Dios, con una unión hecha de silenciosas plegarias casi ininterrumpidas. La “cosa más sencilla” que Mamá Margarita sigue repitiendo con el ejemplo de su vida es ésta: la santidad está al alcance de la mano, es para todos, y se realiza en la obediencia fiel a la vocación específica que el Señor confía a cada uno de nosotros.





Mensajes del Rector Mayor en el Boletín Salesiano 

Noviembre, 2011





IMÁGENES DEL DÍA 24 DE NOVIEMBRE










ANIMAMOS A TODOS A SEGUIR TRAYENDO ALIMENTOS PARA LA CAMPAÑA UN "KILO DE AUXILIO" 

 (la campaña estará abierta hasta el Domingo siguiente a la Inmaculada)