Porque hoy nos concedes celebrar la gloria de tu ciudad santa,
la Jerusalén celeste, que es nuestra madre,
donde eternamente te alaba
la asamblea festiva de todos los santos, nuestros hermanos.
Hacia ella, aunque peregrinos en país extraño,
nos encaminamos alegres, guiados por la fe
y gozosos por la gloria de los mejores hijos de la Iglesia;
en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad.
PREFACIO DE LA SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
MEDITACIÓN
VI UNA MUCHEDUMBRE INMENSA DE PIE
DELANTE DEL TRONO Y DEL CORDERO
Fortalecidos con las enseñanzas de la Escritura, caminemos firmen hacia nuestro Redentor, Jesús, hacia la asamblea de los patriarcas; marchemos hacia nuestro padre Abraham cuando llegue el día. Vayamos sin temblar hacia esta asamblea de santos. ¡Iremos hacia nuestros padres, los que nos han enseñado la fe!; aunque nos fallen las obras, que nos ayude la fe, defendamos nuestra herencia.
Iremos al paraíso del gozo en el que Adán, caído en la emboscada que le tendieron los bandidos, ya no piensa en llorar sus heridas, allí donde el mismo bandido goza ya de su parte en el reino celestial. Allí donde ninguna nube, ninguna tormenta, ningún rayo, ninguna tempestad de viento, ni tinieblas, ni crepúsculo, ni verano, ni invierno marcarán la inestabilidad del tiempo. Tan sólo resplandecerá la claridad de Dios, porque Dios será luz para todos; esa luz verdadera que ilumina a todo hombre brillará para todos. Iremos todos allá donde el Señor Jesús ha preparado unas moradas para sus pobres siervos, a fin de que allí donde Él se encuentra estemos también nosotros.
SAN AMBROSIO
De familia y educación romana, fue obispo de Milán
y doctor de la Iglesia (340-397)
MEDITACIÓN
AL VER A LA VIUDA,
EL SEÑOR JESÚS LE DIJO: "NO LLORES"
Cristo, esperanza de los creyentes, no da el nombre de muertos a los que han dejado ya este mundo sino que dice que están dormidos: Lázaro, nuestro amigo, se ha dormido; el apóstol Pablo, a su vez, no quiere que estemos afligidos a causa de los que se han dormido. Por eso, si nuestra fe cree que todos los que creen en Cristo no morirán jamás, sabemos que él mismo no ha muerto y que nosotros tampoco moriremos. Que la esperanza de la resurrección nos llene de valentía, puesto que volveremos a ver a los que hemos perdido.
Sin embargo, yo no sé por qué, nos refugiamos en las lágrimas, y el sentimiento de dolor debilita nuestra fe. Verdaderamente cuán penosa es la condición del hombre y cuán vana nuestra fe sin Cristo... Pero desde ahora, muerte, que eres cruel hasta llegar a romper la unión de los esposos y separar a los que la amistad ha unido, tu fuerza ha sido aplastada. Desde ahora tu yugo despiadado ha sido roto por aquel qeu te amenazó por las palabras del profeta Oseas: Oh muerte, yo seré tu muerte.
SAN BRAULIO DE ZARAGOZA
Obispo (Ca. 590-651)
ORACIÓN
Padre santo, Tú nos has llamado hijos tuyos y lo somos.
Te damos gracias por tu santidad y porqeu en Jesucristo,
tu Hijo, nos llamas a todos a ser santos.
Queremos que tu Nombre sea santificado en todo el mundo
y especialmente en nuestras vidas.
Hijo Justo del Padre, Dios y Hombre verdadero,
que nos has hecho partícipes de la naturaleza divina.
Ayúdanos a imitarte y a ser santos como Tú eres santo.
Espíritu Santo, qeu eres Señor y dador de vida,
ven a nuestras almas y llénalas con la plenitud de tus dones.
Haz en nuestro interior una casa
en la que habites junto al Padre y al Hijo.
Sigue guiando a la Iglesia, inspirando a sus pastores
y suscitando en todos nosotros obras de santidad
para que un día podamos compartir la gloria
de los que ya viven en el cielo.
Amén.
IMÁGENES DEL CEMENTERIO DE AYAMONTE. LAS ÚLTIMAS FOTOGRAFÍAS CORRESPONDEN A UN PANTEÓN PRESIDIDO POR UN RETABLO CERÁMICO DE MARÍA AUXILIADORA.