Con las palabras de Bernardita
«Oh Jesús, dadme os ruego el pan de la humildad,
el pan de la obediencia,
el pan de la caridad,
el pan de fuerza para romper mi voluntad y fundirla en la vuestra…
el pan de la paciencia para soportar las penas que mi corazón sufre…
el pan de no ver sino a vos sólo en todo y siempre»
« He esperado en vos, Señor. Sed mi casa de refugio pues vos sois mi fuerza»
« Este me basta… Sólo Jesús por riqueza»
Con las palabras de los peregrinos
Para poner en tus pasos mis pasos demasiado vacilantes,
por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.
Son para mí un símbolo de buen sentido a la vez que
de espíritu de pobreza y de sencillez.
Sabes bien que, por desgracia, todo esto me falta.
Por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.
Ibas a recoger la leña que se convierte en llama
y reúne a las personas reconfortándolas.
Para que también yo pueda calentar a quienes buscan,
sea sonrisa o palabra o silencio o sostén,
Por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.
Y si son demasiado pequeños, que me hagan humilde.
Que camine sabiendo que soy limitada,
con pasitos, caídas, y « vueltas a levantar ».
Por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.
Para proseguir el camino de confianza de María,
para descubrir el Agua Viva ofrecida a los sedientos,
para acudir al banquete al que Jesús nos invita
para compartir su palabra y su pan,
por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.
Para ir hacia el Padre que me espera y me quiere,
para entrar en la fiesta al final del camino,
después de haber caminado, llevando mis alegrías, mis penas,
pidiéndote que me dieras la mano,
por favor, Bernardita, préstame tus zuecos.
Marie-Louise Pierson
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