- Las espinas de la vida serán las flores de la eternidad.
- Cuando se trata de servir a un padre tan bueno como Dios, hay que estar dispuestos a sacrificarlo todo.
- Todo salesiano hágase amigo de todos, no busque nunca la venganza, sea fácil en perdonar.
- Santifica a los demás, santificándote a ti mismo.
- Para salvar nuestra pobre alma, hay que estar dispuestos siempre a todo.
- Sólo en silencio concede el Señor sus gracias.
- Sed firmes en querer el bien e impedir el mar, pero siempre dulces y prudentes, y, además, sed constantes y amables y veréis cómo Dios os hará dueños hasta del corazón más duro.
- Si queréis alcanzar mucho de vuestros alumnos, no os mostréis nunca agraviados u ofendidos contra alguno. Tolerad sus defectos, corregidos, pero olvidadlos. Mostraos siempre afectuosos con ellos y hacedles ver que todos vuestros esfuerzos tienen por mira hacer el bien a sus almas.
- Caridad, paciencia, dulzura, nunca reproches humillantes, nunca castigos. Hacer bien a todos los qeu se pueda, y mal a ninguno.
- Todos debemos llevar la cruz con Jesús. Nuestra cruz son los sufrimientos que encontramos en la vida.
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