SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
Adoremos a Jesucristo,
Rey de reyes, ¡aleluya!
Adoremos al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo, ¡aleluya!
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
¡Fuerte es su amor para con nosotros,
la fidelidad del Señor es eterna!
¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos! Amén. ¡Aleluya!
HIMNO DE LAUDES
Del Padre eterna Imagen,
Luz de la Luz del Cielo:
a ti Redentor, gloria,
honor y poder regio.
Anhelo y esperanza
y Centro de los Tiempos:
a ti nos sometemos
de grado y por derecho.
Renuevo de la Virgen
y Cumbre de la raza:
bajando de los Alto
la tierra entera abarcas.
Sometida al Tirano
por la mortal condena,
de nuevo aspira al Cielo:
Tú rompes sus cadenas.
Grabado está en tu manto:
"Sacerdote y Maestro,
Señor de los señores
y Rey del Universo".
Al Padre, a ti, al Paráclito,
se de perpetua gloria:
salvados por tu Sangre,
nos lleven a la Patria. Amén.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Bendito el reino que llega, el de nuestro Padre David!
MEDITACIÓN
¡QUÉ VENGA TU REINO!
El Verbo es Rey, Rey del cielo y de la tierra. El Verbo vive y reina en Dios. Cristo vive donde reina, es esencialmente Rey. Viven en nosotros, reina sobre nuestras facultades, manda en nuestra actividad. Reina en nosotros cuando en nosotros todo viene de Él, pensamos como Él, queremos lo que quiere, actuamos según su agrado, sometemos todo a sus pies.
Todo lo que es propio, personal, desaparece para hacer lugar a los pensamientos y deseos del Verbo divino. Se lo pedimos cien veces al día: ¡Venga a nosotros tu reino! ¡Qué llegue, Señor, ese día en que reines enteramente en mí! ¡Ese día seré como Tú, totalmente liberado para el Padre, y ninguna inspiración propia constristará en mí la acción de tu Espíritu! Ese día habremos depositado todo lo que está en nosotros delante del reino de Cristo. Él será realmente para nosotros todo en todo. Moralmente, no tendremos nada propio, todo le pertenecerá, le será sometido, todo le será dado.
BEATO COLUMBA MARMION (1858-1923)
Monje, sacerdote y tercer abad de la Abadía de Maredsous
HIMNO DE VÍSPERAS
Jesús, Rey admirable
y Triunfador magnífico:
tu Amor atrae al alma
a seguir tu Camino.
Rey de virtud y amable,
Rey de insigne Victoria:
Jesús, nos das la Gracia
y eres Rey de la Gloria.
Te alaba el Coro angélico,
la celestial milicia;
Jesús, que al mundo alegras,
con Dios nos reconcilias.
Señor que en paz imperas,
superas los sentidos:
anhelos de las almas,
que te encuentran propicio.
Se apresta nuestro espíritu
a los celestes Dones
cantando tu alabanza
con himnos y oraciones.
Hijo de Madre Virgen,
Jesús Amor plenísimo:
cantemos en el Cielo
tu gloria, por los siglos.
Amén.