Hemos llegado al fun del Año litúrgico. A través de los domingos del año hemos seguido a Cristo en su revelación de Hijo de Dios y Salvador de los hombres. Hemos constatado las resistencias y la no acogida; también hemos visto que los que le reciben y le reconocen como Hijo de Dios recobran en Él la relación con el Padre. En Cristo se han descubierto partícipes de un único amor infinito del Padre que atraviesa toda la historia y une a todos los hombres en una hermandad universal en el Hijo de Dios.
"Cada vez que hicisteis a uno de estos mis hermanos a Mí me lo hicisteis". Nuestra vida está ligada a la vida de los otros. Nadie puede salvarse a sí mismo, sino mediante los hermanos; y el amor del Padre se hace especialmente denso precisamente en estos hermanos que no tienen ningún punto de apoyo, que no tienen nada sólido entre sus manos, aquellos que el Evangelio llama "pequeños"
HIMNO DE I VÍSPERAS
El Rey del Universo
los hombres te proclaman:
sus corazones riges,
sus mentes y sus almas.
A quien rendido adora
y alaba el Cielo entero
hoy aclamamos todos
por Rey supremo nuestro.
Oh Príncipe pacífico,
somete los espíritus:
a los que se extravían
recoge en el aprisco.
En Cruz quedar quisiste,
los brazos siempre abiertos,
herido por la lanza
y el Corazón ardiendo.
Tu amor trasverberado,
en Pan y Vino oculto,
de salvación es Fuente
y da la Vida al mundo.
Jesús, a Ti la gloria
-de todo Amor el centro-,
y al Padre y Santo Espíritu
por siglos sempiternos.
Amén.
HIMNO DE LAUDES
Del Padre eterna Imagen,
Luz de la Luz del Cielo:
a Ti Redentor, gloria,
honor y poder regio.
Anhelo y esperanza
y Centro de los Tiempos:
a Ti nos sometemos
de grado, y por derecho.
Renuevo de la Virgen
y Cumbre de la raza:
bajando de lo Alto
la tierra entera abarcas.
Sometida al Tirano
por la mortal condena,
de nuevo aspira al Cielo:
´Tü rompes sus cadenas.
Grabado está en tu manto:
"Sacerdote y Maestro,
Señor de los señores
y Rey del Universo".
Al Padre, a Ti, al Paráclito,
se dé perpetua glora:
salvados pro tu Sangre,
nos lleven a la Patria.
Amén.
MEDITACIÓN
VENID VOSOTROS, BENDITOS DE MI PADRE
Cristo vino desde su Padre hasta el mundo para servirnos. Si bien en el momento en que vino a la tierra se manifestó revestido de la debilidad humana, presentándose en forma de esclavo y escondida su calidad de Señor, más tarde el día en que venga con todo su poder se manifestará en todo su esplendor y aparacerá con toda la gloria de su Padre.
Es preciso que Cristo reine en el sentido estrico de la palabra. Para llegar a ser el verdadero Señor, abraza la condición de esclavo y se hace el servidor d elos esclavos, hasta la cruz y la muerte; es así como arrebata el alma de los esclavos y se apodera directamente de su voluntad. Sabiendo que éste es el secreto de su realeza, Pablo escribe: Se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo. Por la primera creación, Cristo es Señor de la naturaleza; por la nueva creación, se ha convertido en Señor de nuestra voluntad.
SAN NICOLÁS CABASILAS
Natural de Tesalónica, Grecia, era laico; escribió sermones
y algunas obras sobre lliturgia (Ca. 1220-1363)
HIMNO DE II VÍSPERAS
Oh Príncipe absoluto de los siglos,
oh Jesucristo, Rey de las naciones:
te confesamos árbitro supremo
de las mentes y de los corazones.
Oh Jesucristo, Príncipe pacífico,
somete a los espíritus rebeldes,
y haz que encuentren rumbo los perdidos,
y que en un solo aprisco se congreguen.
Para eso pendes de una cruz sangrienta
y abres en ella tus divinos brazos;
para eso muestras en tu pecho herido tu ardiente corazón atravesado.
Glorificado seas, Jesucristo,
que repartes los cetros de la tierra;
y que contigo y con tu eterno padre
glorificado el Espíritu sea.
Amén.
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