MARÍA, CUYA FRENTE
BAÑA LA AURORA ETERNA,
CUAL SOL RESPLANDECIENTE,
CONSUELO DEL MORTAL.
A TODO EL QUE TE IMPLORA
CON VOZ DULCE Y TIERNA,
MUESTRA POR FIN, SEÑORA,
LA PATRIA CELESTIAL.
MARÍA, CUYO SENO
DEL VERBO FUE MORADA;
EDÉN POR GRACIA LLENO
DEL MÁS DIVINO AMOR:
PUES MIRAS EL QUEBRANTO
DEL ALMA CONTURBADA,
PRESTE TU EXCELSO MANTO
REFUGIO AL PECADOR.
MARÍA PODEROSA,
REINA DEL CIELO Y TIERRA,
QUE HUELLAS VICTORIOSA
LA FRENTE DE LUZBEL
POR DIOS QUE HACERTE PUDO
VENCER EN CRUDA GUERRA,
SÉ DEL CRISTIANO ESCUDO Y AUXILIO,
IMÁN DEL PECHO INFIEL.
CUAL SIERVO DE TU NOMBRE,
LUCERO DE LOS MARES,
ASÍ SE HUMILLA EL HOMBRE
BUSCANDO VIDA Y LUZ.
Y AL FIN, DE POLO A POLO,
DEL MUNDO EN LOS ALTARES
REINE DOQUIER TAN SÓLO
LA GLORIA DE LA CRUZ. AMÉN.
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