ORACIONES
De la mano de MARÍA AUXILIADORA
fuiste creciendo y te convertiste en una preadolescente
enamorada de Jesús, hoy eres modelo de santidad.
Supiste reír, estudiar, jugar y servir
fuiste fuerte para asumir el dolor de tu familia,
valiente para amar en los pequeños gestos y cuidar tu dignidad
Supiste encontrar a Dios
en la Eucaristía, en las cosas sencillas y difíciles de cada día.
Muéstanos el amor del Padre
para vivir la amistad con alegría
y el diálogo en la familia.
Ayuda a tantos adolescentes como tú,
que viven situaciones de riesgo,
están solos o sin sentido para vivir;
enséñanos a estar al lado de ellos
anunciándoles el evangelio.
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ASÍ REZABA LAURA:
El saludo habitual entre las personas de la misión de Junín de los Andes era: ¡Viva Jesús!
Se respondía: ¡En nuestros corazones!
Pequeñas frases, llamadas jaculatorias, acompañaban su jornada, y la mantenían unida al sentido de cada obra que realizaba.
¡Madre mía, dame una vida de amor!
¡Jesús que se haga como tú quieras!
¡Soy tuya Madre mía!
¡Soy tuya Madre mía!
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