ACÓGEME EN TUS BRAZOS AMANTES, OH PIADOSA;
MI CORAZÓN ES FRÁGIL Y VACILAN MIS PIES,
TENGO MIEDO A LA MUERTE... EL ADIÓS Y LA FOSA,
LA OSCURIDAD Y EL SUEÑO FRÍO, MUDO... Y DESPUÉS...
TENGO MIEDO A LA VIDA DURA Y ENGAÑADORA;
¿DÓNDE ME HA DE LLEVAR EN SU CIEGO CORRER?
¿CUÁL SENDA VOY A ANDAR, EN CUÁL SIMA CAER?
LÍBRAME DE ESA VIDA Y ESA MUERTE, SEÑORA.
QUIERO GOZAR LA PAZ Y EL AMOR DE TU ABRAZO,
LLORAR EN TUS RODILLAS, DORMIR EN TU REGAZO,
COMO UN NIÑO AL CALOR DEL SENO MATERNAL.
Y OLVIDAR BAJO EL MIMO DE TU MIRADA BUENA
LOS CAMINOS AMARGOS Y LAS HORAS DE PENA,
MIENTRAS PASA LA NOCHE TENEBROSA DEL MAL.
GLORIA AL PADRE, GLORIA AL HIJO, GLORIA AL ESPÍRITU.
AMÉN.