lunes, 15 de agosto de 2011

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA





HIMNO DE  I VÍSPERAS

Al cielo, vais, Señora,
y allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiera ahora
asirse a vuestro manto
para subir con Vos al monte santo!

De ángeles sois llevada,
de quien servida sois desde la cuna,
de estrellas coronada:
¡Tal Reina habrá ninguna,
pues os calza los pies la blanca luna!

Volved los blandos ojos,
ave preciosa, sola humilde y nueva,
a este valle de abrojos,
que tales flores lleva,
do suspirando están los hijos de Eva.

Que, si con clara vista
miráis las tristes almas deste suelo,
con propiedad no vista,
las subiréis de un vuelo,
como piedra de imán al cielo, al cielo.

Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.  Amén.











IMÁGENES DE LA VIGILIA EN NUESTRA PARROQUIA





HIMNO DE LAUDES

Albricias, Señora,
reina soberana,
que ha llegado el logro de vuestra esperanza.

Albricias, que tienen
término las ansias
que os causa la ausencia
del Hijo que os ama.

Albricias, que al cielo
para siempre os llama
el que en cielo y tierra
os llenó de gracia.

¡Dichosa la muerte
que tal vida os causa!
¡Dichosa la suerte
final de quien ama!

¡Oh quién os siguiera
con veloces alas!
¡Quién entre tus manos
la gloria alcanzara!

Para que seamos
dignos de tu casa,
hágase en nosotros
también su palabra.  Amén.













IMÁGENES DE LA EUCARISTÍA DE LA SOLEMNIDAD





HIMNO DE II VÍSPERAS

Todo es recuerdo en el amor, y el alma
mira lejanamente lo que sueña
y ve en suprema libertad el aire
que acompaña tu cuerpo y que lo eleva.

A través del amor, Virgen María,
mi corazón contempla,
con un suelo de alontras a tus plantas,
el diminuto mar de Galilea.

A través del amor, tu pie camina
y se va levantando de la tierra
sin esfuerzo mortal, Virgen del Céfiro,
Señora del Rocío, Madre nuestra.

Tú, que surcas el aire y eres aire
y eres gloriosamente tansparencia,
vuelve hacia mí, Señora,
un poco de hermosura,
y que la vea mi corazón siliente
a través del amor con vista trémula.

Enlaza los sarmientos de mis brazos
en tu misericordia, y mi tiniebla
cubre con tu mirada,
y tenme en tu regazo la cabeza.

Todo es recuerdo en el amor, y ahora
estoy como mirándote de veras...

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos.  Amén.







IMÁGENES DE LA PROCESIÓN DE NTRA. SRA. DEL ROCÍO (ROMERÍA 2011)







sábado, 13 de agosto de 2011

IR HACIA DIOS COMO UN NIÑO PEQUEÑO




Empieza el día y termínalo con la oración.  Ve hacia Dios como un niño pequeño se gira hacia su madre.  Si las palabras no te vienen espontáneamente, di por ejemplo:  "VEN ESPÍRITU SANTO, GUÍAME, PROTÉGEME, ILUMINA MIS IDEAS A FIN DE QUE PUEDA ORAR".  O también, si te diriges a la Virgen María, di:  "MARÍA, MADRE DE JESÚS, SÉ AHORA UNA MADRE PARA MÍ, AYÚDAME A ORAR".

Cuando ores, agradece a Dios todos sus dones:  puesto que todo le pertenece, todo lo que recibimos es un don que Dios nos hace.  Tu alma es un don de Dios.  Si eres cristiano, puedes recitar la oración del Señor; si eres cátólico, además del Padrenuestro, tu oración será el Avemaría, el Rosario, el Credo.  Si tu familia o tú mismo tenéis alguna particular devoción, orad según vuestras propias tradiciones.  Si tienes verdadera confianza en el Señor, en el poder de la oración, podrás seperar tus dudas, tus temores y esta sensación de soledad que tanta gente vive.



BEATA TERESA DE CALCUTA
Fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad (1910-1997)

viernes, 12 de agosto de 2011

HIMNO DE LA SABATINA DEL SEGUNDO SÁBADO DE AGOSTO DE 2011



Quién podrá tanto alabarte
según es tu merecer;
quién sabrá tan bien loarte
que no le falte saber;
pues que para nos valer
tanto vales,
da meredio a nuestros males.

¡Oh Madre de Dios y hombre!
¡Oh concierto de concordia!
Tú, que tienes por renombre
Madre de misericordia;
pues para quitar discordia
tanto vales,
da remedio a nuestros males.

Tú, que estabas ya criada
cuando el mundo se crio;
Tú, que estabas muy guardada
para quien de Ti nació;
pues por Ti nos conoció,
si nos vales,
fenecerán nuestros males.

Tú, que eres flor de las flores,
Tú, que del cielo eres puerta,
Tú, que eres olor de olores,
Tú, que das gloria muy cierta;
si de la muerte muy muerta
no nos vales,
no hay remedio a nuestros males. 
 Amén.




sábado, 6 de agosto de 2011

FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR (6 DE AGOSTO)


Hoy, Jesucristo, el unigénito y amado del eterno Padre, manifiesta su gloria ante los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con el testimonio de la Ley y los Profetas.  Así muestra la transformación por la gracia de la humildad de nuestra naturaleza, asumida por Él, y nos da conocer la imagen de Dios, conforme a la cual fue creado el hombre y que, herida en Adán, ha sido renovada en Cristo.







HIMNO DE LAUDES

Pedro evoca las tiendas de la historia,
quiere hacer perdurable este momento,
solicita a Jesús consentimiento
para permanecer bajo la gloria.

La Voz entre una nube trae memoria
de su más importante mandamiento,
escuchar al Mesías, que es cimiento,
priedra angular, ofrenda expiatoria.

El temor se apodera de los fieles.
Vuelve la oscuridad.  Les vence el miedo.
Jesús dice no teman ni lo digan

hasta que resucite con laureles,
vencedor de la muerte, y en su credo
las almas rescatadas le bendigan.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.  Amén.





MEDITACIÓN

Una nube luminosa los cubrió con su sombra



Los discípulos fueron presa de un gran temor viendo a Jesús, el Salvador, en la nube con Moisés y Elías. 

Antiguamente, es verdad, cuando Moisés vio a Dios, entró en la nube divina, danto a entender así que la Ley era una sombra.  En aquel tiempo, Israel no podía fijar la vista en el rostro de Moisés por el resplandor de su rostro.  Pero nosotros todos, que llevamos la cara descubiera, reflejamos la gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; así es como actúa el Señor, que es Espíritu.  Por esto la nube que cubrió a los discípulos con su sombra no era una nube llena de tinieblas, sino de luz.

En efecto, el misterio escondido desde siglos y generaciones ahora ha sido revelado y se ha manifestado la gloria perpetua y eterna.  Por eso, Moisés y Elías, a un lado y otro del Salvador, personificaban a la Ley y los profetas.  Al que en verdad anunciaban tanto la Ley como los profetas es a Jesús, el dispensador de vida.



SAN JUAN DAMASCENO
Monje, teólogo y doctor de la Iglesia (Ca. 675-749)