sábado, 20 de febrero de 2010

SABATINA DEL 20 DE FEBRERO (SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA)



Zagala divina,
bella labradora,
boca de rubíes,
ojos de paloma;
Santísima Virgen,
soberana aurora,
arco de los cielos
y del sol corona;
tantas cosas cuentan
sagradas historias
de vuestra hermosura,
que el alma me roban.
Que tenéis del cielo,
Morena graciosa,
la puerta en el pecho,
la llave en la boca.
Vuestras gracias me cuentan,
zagala hermosa;
mientras más me dicen,
más me enamoran.

Dícenme que sois
de las tres Personas
el trono divino
en que asisten todas;
que ya el Padre Eterno
Hija suya os nombra,
el Hijo su Madre,
y el Amor su Esposa.
Que tenéis la cara
como cuando llora
sobre blancos lirios
la mañana aljófar;
que sois nieve pura
sobre quien deshojan
purpúreos claveles
o encarnadas rosas.
Yo no sé quien sirve
hermosuras locas,
flores de la tierra
que la muerte corta;
y deja de amaros,
divina Señora,
a cuya belleza
la luna se postra.
Vuestras gracias me cuentan,
zagala hermosa;
mientras más me dicen,
más me enamoran.
Amén

CUARESMA: COMO MARÍA, VIVAMOS LA PALABRA


Se nos da en la Liturgia de las Horas, actúa en los sacramentos, nos es regalada en las lecturas de la Misa, la encontramos en nuestra meditación personal...  María es la Virgen oyente de la Palabra.  Ella meditó las profecías del Antiguo Testamento y acogió en su carne las misteriosas palabras del ángel Gabriel:  Hágase en mí según tu Palabra y, así, el Verbo se hizo carne.

Es María modelo e intercesora sin igual para que nosotros podamos vivir de la Palabra. A ella pedimos que nos obtenga esta gracia de su Hijo que es recibirle a él mismo en la Escritura:  Dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan  (Lc 11, 28).

jueves, 11 de febrero de 2010

11 DE FEBRERO: NTRA. SRA. DE LOURDES

SEÑORA NUESTRA DE LOURDES,
QUE TE DISTE A CONOCER DICIENDO:
"YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN",
RUEGA POR NOSOTROS





TESTAMENTO ESPIRITUAL DE SANTA BERNARDITA SOUVIROU

“Por la pobreza en la que vivieron papá y mamá, por los fracasos que tuvimos, porque se arruinó el molino, por haber tenido que cuidar niños, vigilar huertos frutales y ovejas; y por mi constante cansancio...., te doy gracias, Jesús.

Te doy las gracias, Dios mío, por el fiscal y por el comisario, por los gendarmes y por las duras palabras del Padre Peyramale...

No sabré cómo agradecerte, si no es en el paraíso por los días en que viniste, María, y también por aquellos en los no que no viniste. Por la bofetada recibida, y por las burlas y ofensas sufridas, por aquellos que me tenían por loca y por aquellos que veían en mí a una impostora; por alguien que trataba de hacer un negocio..., te doy las gracias, Madre.

Por la ortografía que jamás aprendí, por la mala memoria que siempre tuve, por mi ignorancia y por mi estupidez, te doy las gracias.

Te doy las gracias porque si hubiese existido en la tierra un niño más ignorante y estúpido tú lo hubieses elegido...

Porque mi madre haya muerto lejos. Por el dolor que sentí cuando mi padre, en vez de abrazar a su pequeña Bernardita, me llamó “hermana María Bernarda”..., te doy las gracias.

Te doy las gracias por el corazón que me has dado, tan delicado y sensible, y que me colmaste de amargura...

Porque la madre Josefa anunciase que no sirvo para nada, te doy las gracias. Por el sarcasmo de la madre maestra, por su dura voz, por sus injusticias, por su ironía y por el pan de la humillación..., te doy las gracias.

Gracias, por haber sido como soy, porque la madre Teresa, pudiese decir de mí: “Jamás le cedáis lo suficiente”...

Doy las gracias por haber sido una privilegiada en la indicación de mis defectos, y que otras hermanas pudieran decir: “Que suerte que no soy Bernardita”.

Agradezco haber sido la Bernardita a la que amenazaron con llevarla a la cárcel porque te vi a ti, Madre...Agradezco que fui una Bernardita tan pobre y tan miserable, que, cuando me veían, la gente decía: “¿Esa cosa es ella?”.., la Bernardita que la gente miraba como si fuese el animal más exótico....

Por el cuerpo me diste, digno de compasión y putrefacto..., por mi enfermedad que arde como el fuego y quema como el humo, por mis huesos podridos, por mis sudores y fiebre, por los dolores agudos y sordos que siento..., te doy las gracias, Dios mío.

Y por el alma que me diste, por el desierto de mi sequedad interior, por tus noches y por tus relámpagos, por tus rayos..., por todo. Por ti mismo, cuando estuviste presente y cuando faltaste... te doy las gracias, Jesús”.

lunes, 8 de febrero de 2010

SOR EUSEBIA PALOMINO EN POZO DEL CAMINO


MARTES, DÍA 9, A LAS 6 DE LA TARDE,

EUCARISTÍA EN HONOR A SOR EUSEBIA PALOMINO,
 HIJA DE MARÍA AUXILIADORA



¡HAGÁMONOS SANTOS, LO DEMÁS ES TIEMPO PERDIDO!

9 DE FEBRERO: SOR EUSEBIA, HIJA DE MARÍA AUXILIADORA



Eusebia Palomino Yenes, nacida en Cantalpino (Salamanca), el 15 de diciembre de 1899, pasó una infancia pobre, pero radiante de luz y de fe, en la pobrísima casa en donde el padre, la madre y las hermanas alternaban el trabajo y la oración, en un clima de amor recíproco y de solícita caridad para todos.

Ya desde muy joven, su vida se vio marcada por intensas jornadas de trabajo en favor de familias de su pueblo y, más tarde, también de la ciudad.

Habiendo aprendido de su padre, con vivo interés, las primeras nociones del catecismo, le consintieron recibir el “Pan del Cielo”, a los nueve años. En esos momentos Eusebia vive en su interior algo grande e inefable: se ha encendido la llama de un intenso amor a Jesús Sacramentado, que le produce una felicidad inmensa en cada encuentro eucarístico.

Este amor la lleva a vencer las dificultades y a superar el tierno afecto que siente por su familia, para consagrarse enteramente al Señor como Hija de María Auxiliadora (1924). Destinada a la casa de Valverde del Camino de nuestra diósecis onubense,  se le confía la cocina y otras responsabilidades comunitarias, para las cuales se ofrece con su servicio amable y su alegre disponibilidad. En el Oratorio Festivo se encarga, con eficacia, de las niñas más pequeñas, aunque con frecuencia se ve rodeada de jóvenes e, incluso, de adultos, todos atraídos por su espíritu de oración y de fe convencida y que convence. Su deseo más profundo era “hacer resonar en cada casa la oración” y que en cada alma fuera honrada la Pasión del Señor.

Ella misma se hace propagandista incansable de la devoción a las Llagas del Señor a fin de obtener el perdón y la misericordia para todos los pecadores.

En 1931, poco antes de la revolución, sor Eusebia se ofrece al Señor, víctima por la salvación de sus hermanos de España y del mundo. Durante tres años vivirá en medio de terribles sufrimientos en una creciente y alegre espera del paraíso, que culminará el 10 de febrero de 1933. Su cuerpo reposa en Valverde, en el colegio María Auxiliadora.