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sábado, 1 de enero de 2011

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS (01/ENE)



HIMNO DE LAUDES

Ya miran las mujeres de la aldea
los signos de primicias maternales
que surgen en la joven galilea,
sin ciertas relaciones conjugales.

María ve el peligro, pero calla.
Confía en el Señor, sigue adelante,
pasivamente con su fe batalla
sufriendo la calumnia amenazante.

Principio de dolor que fue predicho,
soporta los murmullos de la gente,
ya desde el vientre su Hijo es contradicho
y Ella medita en ello largamente.

María, la mujer...  Mujer que es madre.
Tú llevas la grandeza del divino,
humilde y puro ser que nos dio el Padre.

No sabes, no comprendes el destino
del ser que se genera, en el que esperas,
y es Rey de la Creación, y es el Camino. Amén.









HIMNO DE VÍSPERAS


Mujer en flor, pensada y concebida
por un Amor que ignora polvo y muerte,
que da al hombre su fuego dulce y fuerte,
y no conoce ni ocaso ni medida.

Hija de Dios, plasmada y redimida
por manos que palparon tiene inerte
y dando a luz al mundo para verte,
le infundieron el gozo de la vida.

Amada, predilecta y toda pura,
el Padre te escogió como una rosa,
vistiéndote de gloria y hermosura.

Y Él mismo te forjó Madre y Maestra,
fruto de eterno Amor, Mística Esposa,
Madre de Dios y dulce AUXILIADORA nuestra.
Amén.













CUANDO SE CUMPLIÓ EL TIEMPO,
ENVIÓ DIOS A SU HIJO, NACIDO DE UNA MUJER

Que la naturaleza salte de gozo y que exulte todo el género humano, porque también las mujeres son honradas.  Que la humanidad forme un coro de danza:  Allí donde creció el pecado, más desbordante fue la gracia.  La Santa Madre de Dios nos ha reunido aquí, la Virgen María, tesoro purísimo de la virginidad, paraíso espiritual del segundo Adán, lugar de unión de las dos naturalezas, lugar de intercambio en el que se ha concluido nuestra salvación, ´cámara nupcial en la que Cristo se ha desposado con nuestra carne.  Ella es la zarza espiritual que el fuego del nacimiento de un Dios no ha podido quemar, la nube ligera que nos ha traído a aquel que tiene su trono sobre los querubines, el vellón purísimo que ha recibido al rocío celestial...
María, esclava y madre, virgen, cielo, puente único entre Dios y los hombres, telar sobre el cual se tejió la túnica de la encarnación, en el que la unión de las dos naturalezas fue admirablemente confeccionada; el Espíritu Santo ha sido el tejedor de tal maravilla.

Por amor a nosotros, el que por naturaleza es incapaz de sufrir se expuso a numerosos sufrimientos.  Cristo no llegó a ser Dios poco a poco; ¡de ninguna manera!  Sino que siendo Dios, su misericordia hacia nosotros le impulsó a hacerse hombre, tal como nos lo enseña la fe.  No predicamos a un hombre que llegó a ser Dios, sino que proclamamos a un Dios hecho carne.  Escogió por madre a su esclava, Él que por naturaleza no conocio madre y que, sin padre, se encarnó en el tiempo.

SAN PROCLO DE CONSTANTINOPLA



FOTOGRAFÍAS:  IMÁGENES DE LAS VÍSPERAS Y DE LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS




sábado, 2 de enero de 2010

BELÉN


Estaba la Virgen María

meciendo el pesebre en Belén,

brizándole a Dios que dormía,

estribillo del brizo era amén.


Soñaban el buey y el borrico,

soñaban con la creación,

y Dios, ¡ay qué niño tan rico!,

dormía sin ensoñación.


El alba del tiempo apuntaba,

vestía a los sueños de luz,

soñaba la Virgen María,

cantaba soñando la cruz. Amén.

EL DIOS ETERNO HECHO HIJO DE MARÍA


¿Qué significa proclamar a María "Madre de Dios"? Significa reconocer que Jesús, el fruto de su vientre, es el Hijo de Dios, consustancial al Padre que lo ha engendrado desde toda la eternidad. ¡Un gran misterio, un misterio de amor! Él, el Hijo único del Padre, se ha hecho uno de nosotros. De esta suerte "la etenidad ha entrado en el tiempo", y la sucesión de años, siglos y milenios no es un ciego viaje hacia lo desconocido, sino un camino hacia él, plenitid d elos tiempos y finalidad de la historia.


Honrando a la Santísima Virgen como la Madre de Dios, queremos igualmente subrayar que Jesús, el Verbo eterno hecho carne, es el verdadero "hijo de María". Ella le ha dado un humanidad plena; ha sido su madre y su educadora, le ha comunicado la dulzura, la delicada fuerza de su temperamento y las riquezas de su sensibilidad. Maravilloso intercambio de dones: María, que en cuanto criatura es primeramente una discípula de Cristo y al mismo tiempo es rescatado por él, ha sido escogida para ser su Madre y así modelar su humanidad. En la relación entre María y Jesús se realiza, de manera ejemplar, el sentido profundo de la Navidad: Dios se ha hecho semejante a nosotros para que nosotros lleguemos a ser, en cierta manera, como él.


Juan Pablo II

A LA MADRE DE DIOS


En tus manos la paz hace su nido,

dulce paloma de amor, serena

Madre de Cristo-Paz, pura azucena

en vuelo virgen de alto azul florido.


Tú engendraste el amor y Tú has querido

darnos la paz que quita toda pena,

Virgen, Madre de Dios, rica colmena

de paz para este mundo dividido.



Vuelve tus ojos de piedad, María,

a este inhóspito páramo de tierra,

falto de paz y falto de alegría.


Y haz que los hombres, al sentirse hermanos,

encuentren más allá de toda guerra,

esa dulce paloma de tus manos. Amén.

miércoles, 31 de diciembre de 2008

1 DE ENERO: SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS


La Iglesia Católica quiere comenzar el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María. La fiesta mariana más antigua que se conoce en Occidente es la de "María Madre de Dios". Ya en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma y donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa, en tiempos de las persecuciones, hay pinturas con este nombre: "María, Madre de Dios".
Si nosotros hubiéramos podido formar a nuestra madre, ¿qué cualidades no le habríamos dado? Pues Cristo, que es Dios, sí formó a su propia madre. Y ya podemos imaginar que la dotó de las mejores cualidades que una criatura humana puede tener.
Pero, ¿es que Dios ha tenido principio? No. Dios nunca tuvo principio, y la Virgen no formó a Dios. Pero Ella es Madre de uno que es Dios, y por eso es Madre de Dios.
Y qué hermoso repetir lo que decía San Estanislao: "La Madre de Dios es también madre mía". Quien nos dio a su Madre santísima como madre nuestra, en la cruz al decir al discípulo que nos representaba a nosotros: "He ahí a tu madre", ¿será capaz de negarnos algún favor si se lo pedimos en nombre de la Madre Santísima?
Al saber que nuestra Madre Celestial es también Madre de Dios, sentimos brotar en nuestro corazón una gran confianza hacia Ella.
Cuando en el año 431 el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso (la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años) e iluminados por el Espíritu Santo declararon: "La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios". Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".
El título "Madre de Dios" es el principal y el más importante de la Virgen María, y de él dependen todos los demás títulos y cualidades y privilegios que Ella tiene.
Los santos muy antiguos dicen que en Oriente y Occidente, el nombre más generalizado con el que los cristianos llamaban a la Virgen era el de "María, Madre de Dios".