sábado, 2 de enero de 2010

A LA MADRE DE DIOS


En tus manos la paz hace su nido,

dulce paloma de amor, serena

Madre de Cristo-Paz, pura azucena

en vuelo virgen de alto azul florido.


Tú engendraste el amor y Tú has querido

darnos la paz que quita toda pena,

Virgen, Madre de Dios, rica colmena

de paz para este mundo dividido.



Vuelve tus ojos de piedad, María,

a este inhóspito páramo de tierra,

falto de paz y falto de alegría.


Y haz que los hombres, al sentirse hermanos,

encuentren más allá de toda guerra,

esa dulce paloma de tus manos. Amén.

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