EL AIRE SE DESGARRA EN AZUCENAS
Y PIDE MÁS AZUL Y SE HACE FUEGO.
SI PRONUNCIO TU NOMBRE, SI TE RUEGO,
DE GOZO SE ESTREMECEN MIS ARENAS.
LIMPIOS QUEDAN LOS VALLES DE LA PENA
SI TE MIRO Y TE INVOCO, SI ME ENTREGO
COMO NIÑO A TUS BRAZOS, POBRE Y CIEGO,
BUSCANDO LUZ DE AMOR, OLAS SERENAS.
MADRE, QUE TIENES CORAZÓN DE AURORA,
FRENA LA SANGRE DE ESTE BARRO ARDIENTE
QUE APENAS RÍE Y CASI SIEMPRE LLORA.
TÚ QUE ERES MAR Y FUENTE DE ALEGRÍA,
AYÚDAME A ENCONTRAR EN TU CORRIENTE
LA PAZ QUE VOY SOÑANDO NOCHE Y DÍA. AMÉN.
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