13. Aprendamos de Jesús y María todas las hermosas virtudes; vayamos a las fuentes de aguas puras y bebamos a raudales de esa agua que brota de Jesús.
14. Jesús está sediento de las almas que anhelan por ver su día. Es tal su fuego abrasador que va en pos de las almas, como hace el Buen Pastor. Por eso, en lejanas regiones, entre riscos ríos, va saltando el misionero por llevar, entre collados, la luz que a todos alumbra: el jardinero divino.
15. ¿Qué más le puedo decir para que ame a María? Que se acerque a comulgar y ame la Eucaristía, pues las almas eucarísticas es lo que quiere esta Reina, para que todos reciban sus gracias y favores y de uno a otro polo se extienda esa devoción.
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