MADRE INMACULADA
Madre Inmaculada, vida de mi amor;
Tú eres el camino que nos lleva a Dios;
¡vuelve tus ojos y míranos!
Como dulce prenda de tu casto amor;
llevo tu medalla sobre el corazón;
¡ay! no permitas las manche yo.
Debajo tu manto yo quiero vivir;
debajo tu manto yo quiero morir
¡que no me aparte jamás de Ti!
Sólo en tu mirada hallo dulce paz,
esa paz que el mundo no me puede dar;
¡no de jes, Madre, no de mirar!
Dulce Madre mía, Madre de mi Dios,
Tú eres la alegría de mi corazón;
¡Virgen María, rogad por nos!
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