domingo, 6 de diciembre de 2009

DÍAS DE MADRE (6)


Acordaos, oh piadosísima Virgen María,

que jamás se ha oído decir que ninguno de los que

han acudido a vuestra protección,

implorando vuestra asistencia

y reclamando vuestro auxilio,

haya sido abandonado de Vos.


Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

¡oh Virgen, Madre de las vírgenes!;

y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.

¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas;

antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

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