miércoles, 2 de febrero de 2011

FEBRERO: MES DE SOR EUSEBIA PALOMINO





Nace en Cantalpino (Salamanca, España) el 15 de diciembre de 1899, en una familia tan rica de fe como escasa de medios económicos. Agustín, el padre, que todos recuerdan por su aspecto humilde, hombre de gran bondad y dulzura, trabaja como bracero temporal al servicio de los propietarios terratenientes de los alrededores y su madre Juana Yenes atiende la casa con los cuatro hijos.

Vive una infancia pobre pero feliz y luminosa de fe en la pobrísima casa en la que el padre, la madre y las hermanas alternan el trabajo y la oración en un clima de amor recíproco y de caridad hacia todos.
Cuando en el invierno el campo reposa y el trabajo falta, el pan escasea. Entonces el padre se ve obligado a pedir ayuda a la caridad de otros pobres en los pueblos de la zona. Algunas veces lo acompaña la pequeña Eusebia de apenas siete años, que ignorante de lo que cuestan algunas humillaciones, disfruta con aquellas caminatas por los senderos del campo y alegremente corretea y salta junto a su padre que le hace admirar la belleza de la creación, y la luminosidad del paisaje de Castilla dándole algunas catequesis que le encantan. Cuando llegan a los pueblos, sonríe a las personas buenas que lo acogen y pide «un poco de pan por amor de Dios».

El primer encuentro con Jesús Eucaristía a la edad de ocho años da a la niña una sorprendente percepción del significado de pertenecer y de ofrecerse totalmente al Señor como don. En aquella hora Sor Eusebia vive en su interior algo grande e inefable: ha surgido una llama de intenso amor a Jesús Sacramentado, que le da una "gran felicidad" en cada encuentro eucarístico.
Muy pronto tiene que dejar la escuela para ayudar a la familia y después de haber dado prueba de una madurez precoz en cuidar - aún siendo niña – a niños de algunas familias del pueblo mientras los padres van a trabajar. A los doce años va a Salamanca con su hermana mayor y se pone a servir como niñera.
Los domingos por la tarde va al oratorio festivo de las Hijas de Maria Auxiliadora, allí conoce a las hermanas, que deciden pedirle su colaboración para ayudar a la comunidad. Eusebia acepta con mucho gusto y enseguida se pone manos a la obra: ayuda en la cocina, acarrea la leña, ayuda en la limpieza de la casa, tiende la ropa en el patio grande, va a acompañar al grupo de las estudiantes a la escuela estatal y hace los mandados en la ciudad.
El deseo secreto de Eusebia, de consagrarse por entero al Señor, enciende y nutre cada vez más sus actos y su oración. Dice: «Si cumplo con diligencia mis deberes tendré contenta a la Virgen Maria y podré un día ser su hija en el Instituto». No se atreve a pedirlo, por su pobreza y falta de instrucción, no se cree digna de tal gracia: porque piensa, ¡es una congregación tan grande!.
La Superiora visitadora, con la que ella se confía, la acoge con bondad materna y le asegura: «No te preocupes de nada» y con gusto decide admitirla en nombre de la Madre General.
El 5 de Agosto empieza el Noviciado en preparación a la profesión. Se alternan horas de estudio de oración y de trabajo que constituye la jornada de Eusebia que la hacen plenamente feliz. Después de dos años – 1924 – se consagra totalmente al Señor con los votos religiosos que la vinculan mucho más a él.
Destinada a la casa de Valverde del Camino (Diócesis de Huelva). Fue en ese colegio donde esparció el aroma de su santidad y de su espíritu salesiano, como destacada hija de su fundador San Juan Bosco y de María Auxiliadora, siendo para todos y para todo, alegre, sencilla, humilde, servicial y muy dispuesta. Es encargada de la cocina y de otros trabajos comunitarios, a los que se entrega con amabilidad, servicio generoso y alegre disponibilidad. En el Oratorio festivo sigue con un apostolado eficaz a las niñas más pequeñas, pero se encuentra con frecuencia rodeada de las jóvenes y de los mismos adultos, atraídos por su espíritu de oración y por su fe convencida y convincente.
Su profundo deseo es "hacer resonar en cada casa la oración" para que en cada alma sea honrada la Pasión del Señor. Con sus numerosas cartas se hace propagandista incansable de la devoción a las Llagas del Señor, para obtener perdón y misericordia para todos los pecadores.
Tenía por costumbre rezar muy a menudo el Via Crucis. Ella insistía mucho en la necesidad de confesarse y comulgar frecuentemente para ser buenos católicos, y que procurásemos, al pasar por una iglesia, entrar para hacer un rato de compañía a Jesús Sacramentado.
Cuando, a principio de los años 30, España se está preparando a la revolución por la rabia de los sin-Dios votados para el exterminio de la religión, Sor Eusebia no duda en llevar hasta el extremo aquel principio de “disponibilidad”, pronta literalmente, a despojarse de todo. Se ofrece al Señor como víctima para la salvación de España, para la libertad de la religión.
Dios acepta la víctima. En agosto de 1932 un mal improviso es el primer aviso. Después el asma que en diversos momentos ya la había molestado, ahora llega a niveles extremos de intolerancia, se agrava con otros males que van apareciendo y atentan contra su vida. Durante tres años vive grandes sufrimientos y se acrecienta en ella el gozo de la espera del paraíso, que se le abre el 10 de febrero de 1935.

En el corazón de la noche entre el 9 y el 10 de febrero de 1935 Sor Eusebia parece dormir serenamente. Durante todo el día los restos mortales adornados con muchísimas flores, son visitados por toda la población de Valverde.
Todos repiten la misma expresión: «Ha muerto una santa»...
Sus retos reposan en Valverde del Camino (Huelva, España).
Es beatificada por Juan Pablo II el 25 de abril del 2004, en Roma.
La memoria litúrgica se celebra el 9 de febrero.






lunes, 31 de enero de 2011

SAN JUAN BOSCO (31/ENE)




Juanito Bosco nació el 16 de agosto de 1815, en un pequeño caserío de Castelnuovo D’Asti, en el Piamonte, llamado popularmente “I Becchi”.



Siendo todavía niño, la muerte de su padre le hizo experimentar el dolor de tantos pobres huerfanitos de los que se hará padre cariñoso. Pero encontró en su madre Margarita un ejemplo de vida cristiana que incidió profundamente en su ánimo.


A los nueve años tuvo un sueño profético: le pareció estar en medio de una multitud de muchachos entregados a sus juegos, pero algunos de ellos blasfemaban. Rápidamente Juanito se arrojó sobre los que blasfemaban, con sus puños y a patadas para hacerlos callar; pero he aquí que se presenta un Personaje que le dice: “No con golpes, sino con la mansedumbre y con la caridad deberás ganarte a estos tus amigos.. Yo te daré la Maestra bajo cuya disciplina llegarás a ser sabio; y sin la cual, toda sabiduría se convierte en necedad”. El Personaje era Jesús y la Maestra María Santísima, a cuya guía se abandonó toda la vida y la honró con el título de “Auxiliadora de los cristianos”.


Así fue como Juan quiso aprender a ser saltimbanqui, prestidigitador, cantor, titiritero, para poder atraerse a los compañeros y mantenerlos alejados del pecado. “Si están conmigo, decía a su mamá, no hablan mal”.


Queriendo ser sacerdote para dedicarse enteramente a la salvación de los niños, mientras trabajaba de día, pasaba las noches sobre los libros, hasta que, a la edad de veinte años, pudo entrar en el Seminario de Chieri y ser ordenado Sacerdote en Turín en 1841, a los 26 años.


En aquellos tiempos, Turín estaba llena de muchachos pobres en busca de trabajo, huérfanos o abandonados, expuestos a muchos peligros para el alma y para el cuerpo. Don Bosco comenzó a reunirlos los Domingos, ya en una iglesia, ya en un prado, ya en una plaza, para hacerlos jugar e instruirlos en el Catecismo, hasta que, después de cinco años de enormes dificultades, logró establecerse en el barrio periférico de Valdocco y abrir su primer Oratorio.


En él, los muchachos encontraban comida y alojamiento, estudiaban o aprendían un oficio; pero, sobre todo aprendían a amar al Señor. Santo Domingo Savio era uno de ellos.

Don Bosco era muy querido por sus “pilluelos” (así los llamaba él) hasta lo inverosímil. A quien le preguntaba el secreto de tanto ascendiente sobre ellos, respondía: “Con la bondad y el amor trato de ganar para el Señor a estos mis amigos”. Por ellos sacrificó todo el poco dinero que poseía, su tiempo, su ingenio que era capaz de todo, su salud. Con ellos se hizo santo. Para ellos fundó la Congregación Salesiana, formada por sacerdotes y laicos que quieren continuar su obra y a la que señaló como “fin principal el sostener y defender la autoridad del Papa”.


Queriendo extender su apostolado también a las muchachas, fundó con Santa María Dominica Mazzarello la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora.

Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora se extendieron por todo el mundo al servicio de los jóvenes, de los pobres y de los que sufren, con escuelas de todo género y grado, institutos técnicos y profesionales, hospitales, dispensarios, oratorios y parroquias.


Dedicó todo su tiempo libre, que muchas veces lo robaba al sueño, para escribir y divulgar opúsculos fáciles para la instrucción cristiana del pueblo.

Fue, además de hombre de caridad muy activa, un místico entre los más grandes. Toda su obra tuvo su origen y fuente en la íntima unión con Dios, que desde joven cultivó cuidadosamente y se desarrolló en el abandono filial y fiel al designio que Dios había predispuesto para él, guiado paso a paso por María Santísima, que fue la Inspiradora y la Guía de todas sus empresas.


Pero su perfecta unión con Dios estuvo, acaso como en pocos Santos, unida a una humanidad entre las más ricas por bondad, por inteligencia y por equilibrio, a lo cual hay que añadir el valor de un conocimiento excepcional del alma humana, madurado en las largas horas transcurridas diariamente en el ministerio de las confesiones, en la adoración al Santísimo Sacramento y en el continuo contacto con los jóvenes y con personas de toda edad y condición.


Don Bosco formó generaciones de santos porque recordaba a sus jóvenes el amor de Dios, la realidad de la muerte, del juicio de Dios, del infierno eterno; la necesidad de rezar, de evitar el pecado y las ocasiones que conducen a pecar y de acercarse frecuentemente a los Sacramentos.


“Queridos míos, yo os amo con todo mi corazón y basta que seáis jóvenes para que yo os ame muchísimo”. Amaba de tal modo que cada uno pensaba que él era su predilecto.


“Encontraréis escritores mucho más virtuosos y doctos que yo; pero difícilmente podréis encontrar alguien que os ame más en Jesucristo y más desee vuestra verdadera felicidad”.


Agotado en sus fuerzas por el trabajo incesante, enfermó gravemente. Particularmente conmovedor: muchos jóvenes ofrecieron al Señor la propia vida por él. “... Lo que he hecho, lo he hecho por el Señor... Se habría podido hacer más... Pero lo harán mis hijos... Nuestra Congregación es conducida por Dios y protegida por María Auxiliadora”.



Una de sus recomendaciones fue ésta: “Decid a los jóvenes que los espero en el Paraíso...”.



El 31 de enero de 1888 expiraba en su pobre habitación en Valdocco, a la edad de 72 años.



El 1 de abril de 1934, Pío XI, que tuvo la dicha de conocerlo personalmente, lo proclamó Santo.




domingo, 30 de enero de 2011

24 IMÁGENES DE LA FIESTA DE SAN JUAN BOSCO EN POZO DEL CAMINO (30/ENE/2011)








 



 














FOTOGRAFÍAS: FIESTA DE SAN JUAN BOSCO EN POZO DEL CAMINO



15 DÍAS CON DON BOSCO (XV). SUS PENSAMIENTOS MÁS HERMOSOS SOBRE LA VIRGEN


  • María es nuestra Guía, nuestra Maestra, nuestra Madre.
  • Basta que un joven entre en una casa salesiana para que la Santísima Virgen lo tome en seguida bajo su celestial protección.
  • Aprovechemos todo tipo de ocasiones para que nuestros jóvenes, como obsequio a María Santísima, se acerquen a los Sacramentos.
  • Los motivos que tenemos para ser devotos  de la Virgen son: María es la más santa de todas las criaturas, María es Madre de Dios, María es nuestra Madre.
  • Cada noche, antes de acostaros, decid tres veces:  Madre querida, Virgen María, haz que yo salve el alma mía.
  • María verdaderamente fue hecha por Dios, Auxilio de los Cristianos.
  • Pongámonos todos bajo el manto de la Virgen.  Ella nos librará de los peligros y nos guiará.
  • El que confía en la Virgen nunca se verá defraudado.
  • La Virgen no hace las cosas a medias.

SAN JUAN BOSCO, PADRE Y FUNDADOR DE LA ADMA, PATRÓN DE LOS POZOCAMINEROS


FIESTA DE SAN JUAN BOSCO

  • DOMINGO 30, A LAS 10'30HS, SANTA MISA (a continuación invitación de la AA.VV. San Juan Bosco a chocolate y dulces)

  • LUNES 31, después del toque del Ángelus, REPIQUE DE CAMPANAS

SAN JUAN BOSCO, RUEGA POR NOSOTROS
MARÍA AUXILIADORA, RUEGA POR NOSOTROS






FOTOGRAFÍAS: LIENZO DE SAN JUAN BOSCO A LA VENERACIÓN DE LOS FIELES EN EL PRESBITERIO DE NUESTRA PARROQUIA

sábado, 29 de enero de 2011

HIMNO DE LA SABATINA DEL QUINTO SÁBADO DE 2011





Azucena sin mácula, esencia perfumada
de jardines divinos,
venida cual paloma que busca rama verde
donde posar su nido.

Coronada de albura en el limpio pudor
de tus pétalos tímidos,
en tu corola guardas el beso de la aurora
y del casto rocío.

Cándida sugerencia de efluvíos de otros mundos;
purísimo suspiro
en la tarde serena de azules celosías,
arrobamiento místico.

Posa tus tenues labios, de transparencia angélica
y albor diamantino,
en el fresco y perenne manantial de los sueños,
como beso de niño.

Y exhala, del ebúrneo incensario de tu boca,
en materno delirio,
el blanquísimo armiño de tus frágiles hojas,
la luz de tus pistilos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Amén.



IMAGEN DE Mª AUXILIADORA DE UTRERA (SEVILLA), ENVIADA  POR EL PROPIO SAN JUAN BOSCO.



15 DÍAS CON DON BOSCO (XIV). SUS PENSAMIENTOS MÁS HERMOSOS SOBRE EL PARAÍSO




  • Nuestras vacaciones las tendremos en el paraíso.
  • La venganza de un buen cristiano es el perdón y la plegaria por la persona que nos ofende.
  • ¿Queréis que el Señor os conceda muchas gracias?  Visitadlo a menudo.  ¿Queréis que os haga pocas?  Visitadlo poco.
  • La vida y la muerte están en las manos de Dios.
  • Hay que trabajar como si no se debiese morir nunca y vivir como si se debiese morir cada día.
  • En esta vida tenemos las espinas, y en la otra las rosas.
  • Recordemos que nosotros regalamos un gran tesoro a la Iglesia cuando conquistamos una buena vocación.
  • Cuando un hijo abandona a sus padres para seguir la vocación, Jesucristo ocupa su lugar en la familia.
  • Cuando suceda que un salesiano muera trabajando por las almas, decid entonces que nuestra Congregación ha alcanzado un gran triunfo.

FOTOGRAFÍA:  ATARDECER EN POZO DEL CAMINO, cedida por Hna. Myrian Leguey