domingo, 6 de diciembre de 2009

CULTOS EN HONOR A MARÍA AUXILIADORA EN LA SOLEMNIDAD DE SU INMACULADA CONCEPCIÓN


DÍAS DE MADRE (9)



MADRE INMACULADA


Madre Inmaculada, vida de mi amor;

Tú eres el camino que nos lleva a Dios;

¡vuelve tus ojos y míranos!


Como dulce prenda de tu casto amor;

llevo tu medalla sobre el corazón;

¡ay! no permitas las manche yo.


Debajo tu manto yo quiero vivir;

debajo tu manto yo quiero morir

¡que no me aparte jamás de Ti!


Sólo en tu mirada hallo dulce paz,

esa paz que el mundo no me puede dar;

¡no de jes, Madre, no de mirar!


Dulce Madre mía, Madre de mi Dios,

Tú eres la alegría de mi corazón;

¡Virgen María, rogad por nos!

DÍAS DE MADRE (8)



DIVINA VIRGEN


Divina Virgen, radiante estrella,

tus pies venimos a besar.


Recibe, Madre, los corazones

que mueren por poderte amar.


Jamás desoye tu pecho amante

al que tu nombre invocó.

Oye el murmullo de la plegaria

que somos hijos de tu amor.

DÍAS DE MADRE (7)



Rosa entre rosas,

flor de las flores,

Virgen de vírgenes

y Amor de amores.


Rosa en que el Señor

puso su querer,

flor la más hermosa

que se vio nacer.


Virgen que hace dulce

nuestro padecer,

Amor que hace nuestros

sus santos amores.


Gloria a Dios Padre,

gloria a Dios Hijo,

igual por siempre

al Espíritu Supremo.


Amén

DÍAS DE MADRE (6)


Acordaos, oh piadosísima Virgen María,

que jamás se ha oído decir que ninguno de los que

han acudido a vuestra protección,

implorando vuestra asistencia

y reclamando vuestro auxilio,

haya sido abandonado de Vos.


Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

¡oh Virgen, Madre de las vírgenes!;

y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.

¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas;

antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

DÍAS DE MADRE (5)






A SANTA MARÍA, LA LLENA DE GRACIA




Poco más que mediana su estatura,


como el trigo el color, rubios cabellos,


vivos los ojos, y las niñas dellos


de verde y rojo con igual dulzura.




Las cejas de color negra, y no obscura,


aguileña nariz, los labios bellos,


tan hermosos que hablaba el sol por ellos


por celosías de su rosa pura.




La mano larga, para siempre dalla


saliendo a los peligros al encuentro


de quien para vivir fuese buscalla.




Esta es MARÍA, sin llegar al centro,


que el alma sólo puede retratalla
pintor que tuvo nueve meses dentro.


Lope de Vega