lunes, 14 de septiembre de 2009

SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA


Esta festividad fue instituida con el objeto de que los fieles enconmienden a Dios, a través de la intercesión de nuestra Madre la Santísima Virgen, las necesidades de la Iglesia. Por primera vez se autorizó la celebración de esta fiesta en 1513 en la ciudad española de Cuenca. Desde ahí se extendió por toda España, y en 1683 el papa Inocencio XI la admitió en la Iglesia de occidente como una acción de gracias por el levantamiento del sitio de Viena y la derrota de los turcos. La gran devoción al Santo Nombre de Jesús, que se debe en parte a las predicaciones de San Bernardino de Siena, abrió naturalmente el camino para una conmemoración similar del Santo Nombre de María.

viernes, 11 de septiembre de 2009

DULCE NOMBRE DE MARÍA (12 DE SEPTIEMBRE)



Ha sido Lucas en su evangelio quien nos ha dicho el nombre de la doncella que va a ser la Madre de Dios: "Y su nombre era María". El nombre de María, traducido del hebreo "Miriam", significa, Doncella, Señora, Princesa.


Estrella del Mar, feliz Puerta del cielo, como canta el himno Ave maris stella. El nombre de María está relacionado con el mar pues las tres letras de mar guardan semejanza fonética con María. También tiene relación con "mirra", que proviene de un idioma semita. La mirra es una hierba de África que produce incienso y perfume.

En la Historia de la Salvación es Dios quien impone o cambia el nombre a los personajes a quienes destina a una misión importante. A Simón, Jesús le dice: "Tú te llamas Simón. En adelante te llamarás Kefá, Pedro, piedra, roca, porque sobre esta roca edificaré mi Iglesia". María venía al mundo con la misión más alta, ser Madre de Dios, y, sin embargo, no le cambia el nombre. Se llamará, simplemente, MARIA, el nombre que tenía, y cumple todos esos significados, pues como Reina y Señora la llamarán todas las generaciones. María, joven, mujer, virgen, ciudadana de su pueblo, esposa y madre, esclava del Señor. Dulce mujer que recibe a su niño en las condiciones más pobres, pero que con su calor lo envuelve en pañales y lo acuna. María valiente que no teme huir a Egipto para salvar a su hijo. Compañera del camino, firme en interceder ante su hijo cuando ve el apuro de los novios en Caná, mujer fuerte con el corazón traspasado por la espada del dolor de la Cruz de su Hijo y recibiendo en sus brazos su Cuerpo muerto. Sostén de la Iglesia en sus primeros pasos con su maternidad abierta a toda la humanidad. María, humana. María, decidida y generosa. María, fiel y amiga. María fuerte y confiada. María, Inmaculada, Madre, Estrella de la Evangelización y AUXILIADORA DEL MUNDO.

lunes, 7 de septiembre de 2009

¡¡FELICIDADES, MADRE AUXILIADORA!!


SALVE, VIRGEN DE LA CINTA




Dios te salve, Luna llena,

de celestiales reflejos,

Aurora bella en la noche,

de la mañana Lucero:

Hija del eterno Padre,

Madre del Divino Verbo,

con celeste amor Esposa

del Espíritu supremo.


Salve, ¡Oh mísitico Sagrario!,

viviente y precioso templo,

donde obró la Trinidad

los decretos del Eterno.


¡Oh dulcísima María!

Sacra Emperatriz del Cielo,

por tu concepción sin mancha

desde el instante primero

llenos de fe te pedimos

que salves a nuestro pueblo

y lo mires con piedad

con amor benigno y tierno.


Gimiendo y llorando estamos

de mil males padeciendo:

como impiedades, blasfemias,

guerras, piratas e incendios,

y a ti acudimos ¡Oh Madre!

porque sin Ti no hay remedio.


Sed siempre la estrella y guía

de los pobres marineros,

llevando sus pobres naves

a puerto de salvamento.

¡Madre mía de la CINTA!

dadnos tus dulces consuelos

a los que de Ti esperamos

gozar la gloria del Cielo,

en la bienaventuranza

de Dios, por siglos eternos.


Cantemos "Ave María"

para que tiemble el infierno


SALVE, VIRGEN DEL PINO


Salve, del mar Estrella,

Salve, Madre sagrada

De Dios y siempre Virgen,
Tomando de Gabriel

El Ave, Virgen alma,

Mudando el nombre de Eva,

Paces divinas trata.

La vista restituye,

Las cadenas desata,

Todos los males quita,

Todos los bienes causa.

Muéstrate Madre, y llegue

Por Ti nuestra esperanza

A quien, por darnos vida,

Nació de tus entrañas.
Entre todas piadosa,

Virgen, en nuestras almas,

Libres de culpa, infunde

Virtud humilde y casta.


Vida nos presta pura,

Camino firme allana;

Que quien a Jesús llega,

Eterno gozo alcanza.
Al Padre, al Hijo, al Santo

Espíritu alabanzas;

Una a los tres le demos,

Y siempre eternas gracias.

SALVE, VIRGEN DE MONTEMAYOR



Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,

porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.

Su nombre es Santo y su misericordia

llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo,

dispersa a los soberbios de corazón.

Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza

según lo había prometido a nuestros padres

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.



Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amen.

SALVE, VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS


Salve, Salve, Madre de las Angustias,

Faro y consuelo del pecador.

A tus plantas se postra Ayamonte

Implorando refugio y perdón.


Bendice a tu pueblo

Bendice los mares

Consuela al que sufre

Madre del dolor.


Bendice Ayamonte

Que siempre te ama

E implora tu amor.