FOTOGRAFÍA DE ARCHIVO: MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS Y DESPEDIDA DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍA (24/JUN/2010)
1. Ante el sufrimiento es inaceptable una actitud dolorista. Hay que hacer el “trabajo de duelo”, transitando una hoja de ruta con paciencia, pero sin pasividad, familiarizándose con sus procesos internos de la elaboración.
2. El doliente es un sanador/herido, que ha de templar, “resilenciar” y sanar de raíz su sufrimiento, cuidando de sí mismo.
3. La aflicción y su sanación han de ser asumidas y abordadas desde todas y cada una de las dimensiones de la persona: corporal, emocional, mental, social, valórica y espiritual; de una manera integral e integrada, al unísono.
4. El proceder de duelo es de “fondo y forma”, de “doble visión”, desde las “dos orillas”, con serena aceptación y “entrega cordial”.
5. Palpitar con “tres corazones en uno”: el primero, para el desahogo en el presente; el segundo, para recordar el pasado; y un tercero, para no perder la perspectiva y esperanza, hacia adelante y hacia arriba.
6. No caer en la tentación de rendirse ante la pena, ser moldeados por ella, enlodarse en la culpa, aislarse, hacerse la víctima, rechazar la ayuda, resentirse, impedir la reconciliación, exiliar la alegría, vivir descreídos, morirse en vida, matar la esperanza. Nunca cerrar puertas, siempre abrir ventanas.
7. Padecer “lo que merece la pena”, “cuanto merece la pena” y durante “el tiempo que merezca la pena”. No añadir más sufrimiento al ya existente y al de los demás. No mantenerlo, ni acariciarlo. La única deuda en el duelo es la de un amor ordenado: a Dios, al difunto, a sí mismo y a los vivos.
8. Que la fe cuente y no descuente. Al sufrimiento hay que agraciarlo, hay que evangelizarlo. Siempre como hijos del Padre; con Jesús, como Jesús, en Jesús; con el consuelo del Espíritu en el espíritu, en la ternura de María, bajo el signo de la resurrección, en la comunión y participación eclesial, aprovechando todos los auxilios de la gracia dados en la oración, en la Palabra de Dios y en la celebración de los sacramentos. Que la fe purifique el sufrimiento y que el sufrimiento purifique la fe.
9. Poner fin al trabajo de elaboración, disponiendo de un “buen botiquín de duelo”, con condiciones internas de “saneamiento”, para cuando los puntillazos de la pena cicatrizada aparezcan.
10. El sufrir pasa, el haber sufrido, no. Curtidos de él, extraer frutos: auto conocimiento, crecimiento, madurez y santidad, siendo buenos samaritanos de otros en duelo.
Fuente: Pastoral del duelo
https://pastoralduelo.org/decalogos/
El Señor es mi pastor, nada me falta.
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
Salmo 23
R.I.P
N. H. D. José Antonio Pérez Lafont
Esposo de Loli, padre de Marina y Auxi, abuelo de Thiago
Falleció en accidente laboral el día 11 de Julio de 2024
Hombre entregado a su familia, sencillo, humilde y trabajador.
Misa funeral: viernes, 12 de Julio (16.00h), Dm, en la Parroquia Mª Auxiliadora de Pozo del Camino
En estos duros momentos, que María Auxiliadora sea para ti , la Puerta del Cielo, y para tu familia, bálsamo y consuelo.
Siempre te recordaremos al ver el dulce transitar de nuestra Patrona por las calles de nuestro pueblo...
ANTONIO MANUEL PALACIOS MAESTRE (+29/06/2021)
"Su debilidad era María Auxiliadora de Pozo del Camino..."
Goza ya de su presencia en un eterno 24 en el Cielo
Nunca te olvidaremos...
Peregrino, ¿a dónde vas?,
si no tienes a donde ir...
Peregrino por un camino
que va a morir.
Si el desierto es un arenal,
el desierto de tu vivir,
¿quién te guía y te acompaña
en tu soledad?
Solo Él, mi Dios,
que me dio la libertad,
solo Él, mi Dios,
me guiará.
Peregrino que a veces vas
sin un rumbo en tu caminar.
Peregrino que vas cansado
de tanto andar.
Buscas fuentes para tu sed
y un rincón para descansar,
¡vuelve, amigo! que aquí con la Auxiliadora
lo encontrarás.
Peregrino sin un porqué,
peregrino sin una luz,
peregrino por el camino
que va a la cruz.
Dios camina en tu soledad,
ilumina tu corazón,
compañero de tus senderos
buscando amor.
QUE MARÍA AUXILIADORA TE GUÍE
AL PUERTO SEGURO DE SALVACIÓN