Se va y se vuelve a Cristo por María,
la Virgen Dolorosa y Madre nuestra,
que en el ritual de la Pasión se muestra
sufriendo ante la Cruz lenta agonía.
Tus dolores sintamos noche y día,
ya que tu amor de Madre nos demuestra
que no hay pena en el mundo como vuestra
triste aflicción y dolorosa vía.
Por Ti vamos a Cristo. Tus dolores
se asocian en la cumbre del Calvario
al valor de su sangre generosa.
Muriendo por nosotros, pecadores,
nos da Dios en legado hereditario
a su Madre, la Virgen Dolorosa. Amén.
FOTOGRAFÍA: IMAGEN DE MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES CON TOCADO DE HEBREA