¿POR QUÉ SILENCIAR LAS CAMPANAS?
“Y los soldados de los dos ejércitos saltaban de las trincheras y corrían los unos hacia los otros, bailando y gritando:- ¡Las campanas, las campanas! ¡Es fiesta! ¡Ha estallado la paz!”
Así termina el cuento “La guerra de las campanas” de Gianni Rodari. Un final que anhelamos sea también nuestro y, Pozo del Camino pueda vivir con tradiciones que siempre han sido, como tocar las campanas para Misa o anunciar las conmemoraciones mensuales y festividad de nuestra Patrona, al son de cohetes. El binomio es una combinación perfecta que atrae a los fieles a la Parroquia, más aún en estos tiempos en el que nos han “robado” la presencia física de nuestra Parroquia y, el sonido nos recuerda que sigue estando ahí, detrás de un "muro de las lamentaciones", que separa y divide, más que une y crece.
Desgraciadamente hoy han vuelto amenazas graves verbales, físicas e incluso de muerte, por hacer tocar las campanas, por llamar al pueblo a la casa de Dios y de la Virgen, por anunciar que es Domingo, el día del Señor, por celebrar a María Auxiliadora, como todos los 24, con el trueno de cuatro cohetes.
Pozo del Camino no puede ser ajeno a estos hechos, al peligrar su propia seña de identidad, nuestra tradición más preciada y querida, y al manifestar nuestra alegría con dichos sonidos al aire que llenan nuestro corazón de júbilo y manifiesta alegría.
Sabemos que no toda la población de Pozo del Camino es católica, y lo respetamos, de igual forma que queremos que nuestras costumbres, las de la mayoría, sean también respetadas por aquellos que vienen de nuevas a vivir aquí. No se trata de ninguna batalla a ganar, simplemente de una convivencia en paz. Las campanas forman parte del cristianismo desde sus principios y su voz debe seguir sonando, sin mordazas ni amenazas, llenando el mundo de esperanza.
¡¡POZO DEL CAMINO, QUE NO TE ROBEN TU IDENTIDAD!!
