- De la tristeza se pasa a la alegría.
- De la duda a la seguridad.
- De la oscuridad a la luz.
- De la desesperación a la esperanza.
- Del quedarse escondido al salir a trabajar por la comunidad.
- De la debilidad a la fortaleza.
- Y una gran paz va a inundar a quienes Jesús se les aparece.
Pidamos a María Dolorosa, en su soledad del Sábado Santo, recibir la gracia de los frutos de la resurrección y experimentar que ¡Jesús vive en medio de nosotros!
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