DESPUÉS DE OÍR TU CANTO, TU SILENCIO
ESCUCHO. TU SILENCIO QUE ES MÁS HONDO,
EN EL QUE VIBRA TU PALABRA EN LARGA
DURACIÓN. EN LAS HORAS SIN MEDIDA
DE TU ETERNA TAREA TE IMAGINO
CON EL OÍDO ATENTO A NUESTRA VOZ.
Y NO PIERDES MOMENTO. ESTÁS AQUÍ
DONDE EL DOLOR AGUDO VOCIFERA.
Y ESTÁS ALLÍ CON LOS QUE RÍEN. SABES,
ANTES DE PRONUNCIADAS, MIS PALABRAS,
Y COMULGAS CONMIGO Y CON MI HISTORIA.
ES TU COSTUMBRE. ES TU MISIÓN.
ES SIMPLEMENTE TU CONDICIÓN DE MADRE.
OÍAS LAS NOTICIAS DEL REINO, QUE ERAN TUYAS,
Y DABAN VUELTAS EN TU CORAZÓN.
Y YO SÉ QUE HOY MEDITAS MIS PALABRAS
PARA AFINAR MIS DESAFINACIONES
Y SONREÍRME POR LA NOCHE, CUANDO
PONGAS TUS LABIOS MUDOS EN MI FRENTE. AMÉN.
FOTOGRAFÍA: IMAGEN DE MARÍA AUXILIADORA DEL COLLAO (PERÚ)
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