Estaba la Virgen María
meciendo a su Niño en Belén,
brizándole a Dios que dormía,
estribillo del brizo era "amén".
Soñaban el buey y el borrico,
soñaban con la creación,
y Dios, ¡ay qué niño tan rico!,
dormía sin ensoñación.
El alba del tiempo apuntaba,
vestía a los sueños de luz,
soñaba al Virgen María,
cantaba soñando la cruz. Amén.
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