De la homilía de Juan Pablo IIen la misa de beatificación (20-X-2002)
"Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido» (1 Ts 1,4). María de la Pasión se dejó conquistar por Dios, capaz de calmar la sed de verdad que sentía. Al fundar la congregación de Franciscanas Misioneras de María, ardía en deseos de comunicar el gran amor que la impulsaba y tendía a difundirse por el mundo. En el centro del compromiso misionero puso la oración y la Eucaristía, pues para ella adoración y misión se fundían en una misma actividad. Alimentada con la Escritura y con los Padres de la Iglesia, mística y activa, apasionada e intrépida, se entregó con una disponibilidad intuitiva y audaz a la misión universal de la Iglesia.
Queridas hermanas, siguiendo el ejemplo de vuestra fundadora, en comunión profunda con la Iglesia, acoged la invitación a vivir, con una fidelidad renovada, las intuiciones de vuestro carisma fundador, para que sean numerosos los que descubran a Jesús, que nos hace entrar en el misterio de amor que es Dios."
[L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 25-X-2002]
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