María Madre de Jesús y de cuantos participan de su misterio sacerdotal, acudimos a ti como hijos que acuden a su Madre.
Ya no somos niños, sino adultos que de todo corazón desean ser hijos de Dios.
Nuestra condición humana es débil; por eso venimos a suplicar tu ayuda maternal para conseguir sobreponernos a nuestras debilidades.
Ruega por nosotros, para que, a nuestra vez, podamos ser personas de oración.
Invocamos tu protección para poder permanecer libres de todo pecado.
Invocamos Tu amor para que el amor pueda reinar, y nosotros podamos ser compasivos y capaces de perdonar.
Invocamos tu bendición para que nuestros sacerdotes puedan ser como la imagen de tu Hijo, Señor y Salvador nuestro Jesucristo. Amén.
(Madre Teresa de Calcuta)
Esta festividad obtuvo aprobación de la Santa Sede en 1971. Fue incluida en el calendario litúrgico en 1974, a instancias de Monseñor José María Lahiguera, arzobispo de Valencia y, anteriormente de Huelva, fundador de los OBLATAS DE CRISTO SACERDOTE (nuestro Simpecado y nuestra Bandera se han realizado en su comunidad de nuestra capital)
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