miércoles, 21 de mayo de 2014

ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA EL 24 DE MAYO





  • Las banderas para el recorrido de la Santísima Virgen serán colocadas en la tarde-noche del jueves (día 22 de Mayo).
  • El Rosario de Vísperas (día 23 de Mayo, 21'00hs), transcurrirá por el siguiente recorrido:  PARROQUIA, PZA. HERMANAS FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍA, C/DE LA IGLESIA, PZA. LA HIGUERITA, C/MARÍA AUXILIADORA, PZA. MARÍA AUXILIADORA, C/DE LA IGLESIA, POZO, C/DE LA IGLESIA, PZA. FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍA, PARROQUIA.
  • El paseo quedará montado para la celebración durante la mañana del sábado (día 24 de Mayo).

  • Rogamos la retirada de vehículos por el recorrido de la Virgen (C/de la Iglesia hasta el Pozo), para mayor solemnidad de la Procesión.
  • La Imagen de la Virgen saldrá de la Parroquia a las 18'15hs, sin acompañamiento protocolario, transitando por la  C/DE LA IGLESIA hasta su llegada a la Plaza.

  • Los caballeros que porten las andas de la Virgen, deberán llevar traje o, en su defecto, camisa blanca y pantalón (largo) oscuro.


  • La Virgen podrá ser acompañada por señoras ataviadas de mantilla blanca.

  • Rogamos que los asistentes esperen a la Virgen en la Pza. María Auxiliadora, lugar donde se celebrará la Eucaristía, para un mayor orden y organización.

  • La entrada de los celebrantes se hará desde los Salones Parroquiales.

  • La Solemne Eucaristía empezará a las 19'00hs.

  • La Liturgía será animada por la Coral P. José Miravent (Isla Cristina)
  • En el traslado de regreso al templo la Virgen  irá precedida de las hermandades invitadas.
  • Rogamos un elevado espíritu de comprensión y fraternidad ante las situaciones y fallos que se puedan originar. 
  • Ayuda y colabora con la ADMA a dar más esplendor al día 24, trabajando este día (y el resto del año) por amor a MARÍA AUXILIADORA. 
  • EL 24 DE MAYO ES DÍA PARA AGRADECER, PEDIR Y COMPROMETERSE CON LA VIRGEN EN LA CONSTRUCCIÓN DEL REINO DE SU HIJO.


¡¡ELLA LO HA HECHO TODO!!




TRADICIÓN FRANCISCANA EN RECUERDO A NUESTRAS HERMANAS FMM (21/MAY/2014)

 
 
La tradición de llevar huevos con la fecha señalada  para que no llueva ese día,  ha servido de excusa para encomendar el día 24 a las oraciones de las HERMANAS DE LA CRUZ de Ayamonte. 
 
Nos consta que quieren mucho a MARÍA AUXILIADORA ("La más grande del Cielo" la llaman, amén de innumerables piropos más) e incluso llevan su Imagen en el bolsillo. 
 
SOR ÁNGELA quería mucho a MARÍA AUXILIADORA pues, fueron "vecinas" y,
este amor entrañable, lo han heredado sus hijas como la mejor de las prendas. 
 
 Esta realidad la palparemos de nuevo en Pozo del Camino (DM),
con una próxima visita esperada y deseada.
 
 
 ¡¡GRACIAS HERMANAS POR VUESTRAS ORACIONES!!
 
 
 
 






 
 
 





QUE DIOS SE LO PAGUE A DIOS
 
 
 
 



LA VERDADERA DEVOCIÓN A MARÍA


 
 

“Devoción” significa “entrega”, don de nosotros mismos a alguien.  Es decir, somos devotos de la Virgen si nos entregamos enteramente a Ella y, por Ella, a Dios.  Y ¿qué es lo que debemos dar a la Virgen al decir que nos entregamos enteramente a Ella?  Todo nuestro ser, comenzando por el alma.  Nosotros damos a la Virgen nuestra inteligencia con la veneración más profunda, nuestra voluntad con nuestra confianza absoluta en Ella, nuestro corazón con el amor más filial y, todo nuestro ser con la imitación de sus virtudes.  Veámoslo por partes, sabiendo que la Iglesia nos orienta en este camino.

 

1)      VENERACIÓN PROFUNDA: Esta veneración se funda en la dignidad de Madre de Dios, el don más grande que María ha recibido, y en las consecuencias que de ella se derivan.  Nunca podremos estimar demasiado a Aquella que el Verbo Encarnado reverencia como Madre; que el Padre contempla amorosamente como Hija predilecta; que el Espíritu Santo mira como su santuario.  El Padre la trata con el máximo respeto, enviándole un ángel que la saluda “llena de gracia” y le pide su consentimiento para la Obra de la Encarnación.  El Hijo la venera y la ama como a Madre y la obedece. El Espíritu Santo viene a Ella y la ama como a su Esposa o a su Templo.  Así que, venerando a María, no hacemos otra cosa que asociarnos a las tres Divinas Personas y estimar lo que ellas estiman.  Que nuestra inteligencia contemple así a María y la venera profundamente.

 

2)      CONFIANZA ABSOLUTA: Nuestra confianza se funda en el poder y en la bondad de María.  Su poder de intercesión es muy grande, ya que Dios no quiere rehusar nada que le pida Aquella a quien venera y ama más que a todas las criaturas.  Es justo: habiendo dado a Jesús la naturaleza humana con la que pudo merecer nuestra salvación, y habiendo colaborado como “asociada”  con sus actos y sus sufrimientos en la Obra de nuestra Redención; por eso llamamos a María “omnipotencia suplicante”: lo puede todo por medio de sus súplicas al Padre, a su Hijo y al Espíritu Santo.  Y en cuanto a la bondad, es la de una Madre que derrama sobre sus hijos, miembros de Cristo, todo el afecto que tiene para con Jesús.  Ella nos ve en Jesús y nos ama con aquel corazón que Dios preparó en Ella para que amase de un modo digno a su Hijo-Dios.  Confianza absoluta tengamos en María, nuestra Madre y Madre de Dios, con cuya protección y ayuda  podemos contar siempre.

 

3)      EL AMOR: Amor filial, lleno de candor, de sencillez, de ternura y de generosidad.  María es la más amable de las madres, porque Dios la pensó, la destinó, la preparó y la hizo Madre de su Hijo; y por eso le dio todas las cualidades que hacen amable a una persona: la delicadeza, la finura, la bondad, la abnegación de una madre.  Pero, al ser la Madre de Jesús, quedaba constituida también Madre nuestra, que formamos con Jesús el Cuerpo de Cristo: somos hermanos de Jesús.  Por tanto, hemos de sentirnos amados por Ella, por esta Madre singular.  Y, en consecuencia, debemos amarla con todo nuestro corazón.  Nuestro corazón debe amar a María como a la mejor de las madres; esforzarse por pensar en Ella, por agradarla, por hacerla amar de otras personas.



4)      LA IMITACIÓN DE SUS VIRTUDES:  Si realmente estimamos y veneramos a María, tal como es, tan llena de gracias y de virtudes, verdadero retrato de su Hijo Jesús, nos esforzaremos en imitarla, para tener también nosotros esas mismas virtudes tan gratas a Dios.  Sería una contradicción que la veneráramos por sus grandes cualidades, gracias y virtudes, y luego nos dejáramos llevar de las malas inclinaciones provenientes del pecado original.  Por eso, la verdadera devoción a María exige que todo nuestro ser responda con la imitación de sus virtudes.

 

José Antonio Rico, SDB