DE UN PUERTO MUY PEQUEÑITO
SALIERON TRES CARABELAS,
DE UN PUERTO MUY PEQUEÑITO;
MILAGROS MOVIÓ LAS VELAS,
LA CINTA MANDÓ SUS HIJOS,
¡QUÉ HISTORIA MÁS MARINERA!
Me gustas y te amo porque eres tan humilde, perteneces al grupo pequeño de la gente que no tiene ni nombre ni historia, ni raíces. Me acerco a tu paisaje de pobreza, mujer, porque estás escondida en el pueblo y careces de apellidos y voz. Amo tu hogar sin lumbre y esas tus manos huérfanas de manos y palomas. Sólo un río de rosas te salpica muy hondo y estás en el anónimo milagro de la espera. Amén. |