Señor,
haz de mí un instrumento de tu paz.
Allí donde hay odio ponga yo amor.
Allí donde hay discordia pornga yo unión.
Allí donde hay error ponga yo verdad.
Allí donde haya duda, que ponga yo la fe.
Allí donde haya desesperación,
que ponga yo esperanza.
Allí donde tinieblas,
que ponga yo la luz.
Allí donde haya tristeza,
que ponga yo alegría.
Haz, Señor, que no me empeñe tanto
en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido,
como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque dando, se recibe,
olvidando, se encuentra,
perdonando, se es perdonado
y muriendo a uno mismo,
se resucita a la vida eterna. Amén.
DÍA 5 DE OCTUBRE, A LAS 7 DE LA TARDE,
MISA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS