La iglesia onubense, con sus dos obispos a la cabeza, Monseñor Vilaplana Blasco y Monseñor Noguer Carmona, ha despedido en la mañana del sábado día 14 de Marzo al sacerdote D. Juan de la Rosa Sánchez, en el solemne funeral oficiado en la Santa Iglesia Catedral de Huelva.
D. Juan de la Rosa fallecía en la mañana del viernes, 13 de marzo, a los 83 años, tras una larga enfermedad. Este ayamontino nacido en 1926 fue ordenado sacerdote el 15 de junio de 1952 en la Metropolitana Catedral de Sevilla, ciudad donde desempeñó sus primera funciones como sacerdote.
Con la creación de la Diócesis de Huelva en 1954 se incorpora a su organigrama, llevando por tanto a su servicio toda la vida de la nuestra diócesis. Son innumerables las funciones desempeñadas por este sacerdote: Director espiritual del colegio Menor de Santa María de la Rábida, Capellán del Colegio Colón de los Hermanos Maristas, Director del Secretariado de Cursillos de Cristiandad, Delegado Diocesano de Apostolado Seglar, Director del Secretariado Diocesano de Catequesis, Director Espiritual del Seminario, etc.
En su labor sacerdotal también ocupó las sedes parroquiales de Nuestra Señora de la Merced y Nuestra Señora del Pilar, estando especialmente vinculado con la Hermandad del Cautivo y con la creación de la Asociación Parroquial y posterior Hermandad de la Sagrada Resurrección. Ya retirado y en los últimos años, ayudaba y oficiaba puntualmente algunas eucaristías en la cofrade Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Entre sus numerosas funciones, la más pública quizás, era la de ser Canónigo Capitular del Cabildo Catedralicio de Huelva, ocupando el puesto de Prefecto de Liturgia, dirigiendo litúrgicamente los grandes eventos de la Diócesis durante muchos años, como los cambios episcopales, la visita de Su Santidad Juan Pablo II, consagraciones de nuevos templos, los congresos marianos o las coronaciones canónicas, entre ellas las de Nuestra Señora de la Cinta y la de Nuestra Señora de la Esperanza.
EN LA DÉCADA DE LOS 90 TUVIMOS LA SUERTE DE CONTAR CON ÉL EN SEMANA SANTA. NOS CONSTA QUE EN ALGUNAS CASAS SE SIGUE LA COSTUMBRE DE ALUMBRAR UNA IMAGEN DE CRISTO CRUCIFICADO EL VIERNES SANTO, TAL COMO ÉL SIGIRIÓ EN LOS OFICIOS DE DICHO DÍA.
MARÍA, AUXILIADORA EN NUESTRAS ANGUSTIAS, LO TENGA BAJO SU MANTO