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lunes, 2 de noviembre de 2009

Receta para la VIDA ETERNA


¡¡FELICIDADES A TODOS!!

Tras estos días, donde hemos recordado la vocación común a la santidad, sigamos reflexionando que la SANTIDAD no es un fin, no es una meta... es un ESTILO DE VIDA. Una vida en la que como testigos de Jesucristo, continuamos su labor de construcción del Reino de Dios.


"MEDICAMENTO PARA LA VIDA ETERNA"



1.- No olvides que, si vives, es porque otros existieron antes que tú. Da gracias a Dios por tus familiares difuntos. Reza todos los días, durante este mes, por ellos. (Jn 11,1-45)

2.- Lee la Palabra de Dios que habla de esperanza, eternidad y perdón. Te situará y te hará ver que Dios cumple lo que promete. (Rom 5,5)

3.- Relativiza situaciones y conflictos. No merece la pena vivir con rencores. La vida es demasiado corta como para recorrerla sin amor y sin humor. (Mt 18,21-35)

4.- Piensa en qué puedes mejorar y a quién le puedes hacer un inmenso bien. Todos podemos superarnos en algo: carácter, críticas, actitudes o egocentrismo. (Jn 8,12)

5.- Lucha por la vida. “Mientras hay vida hay esperanza” canta un viejo proverbio. Defiéndela, en este año de la vida, especialmente en nombre de aquellos que por injustas leyes son aniquilados antes de nacer. (Jn 10,10)

6.- “Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír”. No te dejes vencer por las dificultades. Agárrate a la oración. (Mt 16,14-66)

7.- Vive el presente como si fuera el último día de tu vida. Nunca sabremos cuándo nos llegará nuestra hora, que no te quede nada importante por hacer y vivir. Di a tus seres queridos lo mucho que los quieres. (Mt 6,19-20)

8.- No olvides los pequeños detalles con los que te rodean. Haz que tu vida ordinaria, sea extraordinaria.

9.- Vive con intensidad cada momento. Pero, sobre todo, llénalo de fe, esperanza y amor. Entre otras cosas porque, ese momento, puede ser decisivo en tu encuentro personal con Dios: “al atardecer de la vida me examinarán del amor”.(Jn 15,9-17)

10.- Irradia alegría. Ello denotará muchas cosas: el contenido de tu corazón y que, el Señor, camina junto a ti.

sábado, 1 de noviembre de 2008

¡TODOS PODEMOS SER SANTOS!

¿Cómo sé si Dios quiere que yo sea santo?

Dios llama a todos, pero sólo unos cuantos le responden. Dios quiere que todos seamos santos, pero sólo los más valientes lo consiguen.

¿Qué necesitas para ser santo?

Ser un chico normal. ¡Por favor, no hagas cosas raras!

¿Hace falta ser perfecto?

¿Pero qué dices? No tienes que ser perfecto, porque perfecto sólo es Dios. Algunos se piensan que por haber sido algunas veces un poco malo, o haber hecho cosas de las que se arrepienten ya no pueden ser santos. ¡Y de eso nada! Todos los santos antes que santos son personas, y las personas, de vez en cuando metemos la pata.
Es bueno que sepas que santa Teresita del Niño Jesús tenía una terquedad invencible desde niña; que san Alfonso María de Ligorio tenía un genio endemoniado; que san Agustín fue un gran pecador antes de su conversión y que santa Teresa de Jesús confesó que nunca pudo rezar un rosario completo sin distraerse.
Recuerda siempre que todos podemos ser santos.Dios nos lo pide a todos. Porque ser santo es estar siempre junto a Dios

¿Tengo que ser cura o monja para ser santo?

No solo los curas y las monjas puedes ser santos. Dios quiere que todos los cristianos seamos santos. Escojas el camino que escojas en la vida (casarte, hacerte cura o monja, consagrarte a Dios,...) podrás ser santo si te lo propones.


¿Qué hago para ser santo?
No hay ninguna fórmula secreta para serlo. Si lees la biografía de muchos santos verás qué vidas tan entusiasmantes, originales , y por lo tanto, diferentes unas de otras. Lo importante es estar de parte de Dios, y Dios está de parte de las personas, especialmente de las más pobres y necesitadas.
¿Qué pasará si llego a ser santo?
¿Te imaginas a ti mismo como estatua de escayola o madera en el altar de una Iglesia, rodeado de velas y flores? Tal vez te parezca ridículo pensar que se fabriquen estampitas con tu fotografía, a la que le hayan sobrepuesto una coronilla refulgente alrededor de la cabeza. Pues entérate que aunque todo esto pueda suceder... ¡Ser santo no tiene nada que ver con las estatuas y las estampitas! Ser santo es otra cosa. ..
¿Qué pasará entonces? Si consigues ser santo darás un testimonio precioso a las personas, sembrarás el amor de Dios en el corazón de todos aquellos que te rodeen , y cuando llegues al cielo estarás siempre junto a Dios, brillando por toda la eternidad. Cambiarás la vida de muchas personas, y sentirás la felicidad más grande que jamás te puedas imaginar.