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viernes, 1 de agosto de 2025

REZAR CON MARÍA EN EL MES DE AGOSTO JUBILAR PEREGRINOS DE LA ESPERANZA (AGS/2025)

 



1.  MARÍA DEL CAMINO

Corramos, con constancia, en la carrera que nos toca... (Hebreos 12, 1)



En esa nube de testigos, ocupa un lugar especial María, quien supo caminar la carrera que le tocaba con sencillez.  Por eso, María es para los creyentes un testimonio vivo de lo que significa acoger a Dios en las propias entrañas y entregarlo al mundo.  María nos alienta cuando estamos cansados, nos estimula cuando flojeamos y nos anima al caminar.





2.  MARÍA, REINA DE LOS ÁNGELES


Alégrate,  llena de gracia...  (Lucas 1, 28, 30-31)




En este encuentro entre María y el mensajero de Dios, toda la historia de la humanidad da un giro.  Dios es fiel.  Y llega el tiempo en que las promesas se hacen realidad.  Y eso, para María y para ti, es motivo más que suficiente por la invitación del ángel:  ¡Alégrate!





3.  MARÍA, MADRE DE LOS CREYENTES


Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, para que recibamos la adopción de hijos (Gálatas 4, 4-5)




Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad.  Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por Él, elige a Dios una y otra vez.  No te desalientes, porque tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida (GE 15)




4.  MARÍA DE LA HOSPITALIDAD


Los Magos...  vieron al Niño son su madre...  y ofrecieron sus dones:  oro, incienso y mirra...




"Todos los fieles cristianos, de cualquier condición y estado..., son llamados por el Señor, cada uno por su camino,  a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el Padre" (GE 10)




5.  MARÍA, DEFENSORA DE LOS POBRES


...será como un signo de contradicción. (Lc 2, 33-35)





A lo largo de la historia, Jesús ha sido un signo de contradicción.  Para algunos, Jesús no significa nada, pero para los creyentes es el Señor de la vida y de la historia.

Es posible que María no entendiera las palabras de Simeón cuando le dijo que su Hijo sería un signo de contradicción, pero lo experimentó a lo largo de su vida.

No tengas miedo:  María nos alienta en nuestra luchas.






6.  MARÍA DE NAZARET


...y la gracia de Dios estaba con Él.  (Lc 2,39-40)





María vivió la mayor parte de su vida en Nazaret.

Jesús, durante tres años, recorrió los caminos de Palestina anunciando el Evangelio del Reino, pero antes había vivido treinta años junto a su Madre en Nazaret.

Nazaret fue para Jesús, gracias a la familia que formaba junto a María y José, una escuela de trabajo y amor, de cuidados y relaciones, de silencio y apertura al misterio.

En Nazaret se veía el crecimiento día a día.

Nuestro crecimiento se ve mejor desde Nazaret.



7. MARÍA, MADRE ATENTA


No tienen vino...  ¡Haced lo que Él os diga!




Escucho la voz de María.

Escucho la voz de tantos hermanos felices...

Haz lo que Jesús te dice.

Y escucho mi propia memoria diciéndome que escuchar tu voz siempre es un buen camino hacia una vida más feliz y más plena.

Señor Jesús, ayuda a mi poca fe.

Ayúdame a confiar más en ti que en mi arrogancia.




8.  MARÍA, PRIMERA DISCÍPULA


Estos son mi madre y mis hermanos (Mateo 12, 49-50)





¿Qué te hace cristiano, discípulo de Jesús?  ¿La tradición?  ¿Una cierta simpatía por Jesús o María?  Todo esto vale lo que vale y puede ayudarte en el camino de la fe, pero no es suficiente.


9.  MARÍA, MADRE SIEMPRE PRESENTE


De pie, junto a la cruz, estaba la madre de Jesús (Juan 19,25)




Parece que Dios no tiene madera para resistir el poder del mal.  El egoísmo, la arrogancia, el abuso... se apoderan de todo.


Y parece que, en la cruz, Jesús y el Evangelio que anunciaba en el nombre de Dios son derrotados.


Y lo que creen, como María, están asociados al dolor de Cristo.


María nos enseña a estar presentes.





10.  MARÍA, MADRE DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS


Mujer, ¡ahí tienes a tu hijo! (Juan 19, 26-27)



El evangelista san Juan dice en su evangelio que en la cruz el Señor entregó al discípulo amado a María, su madre, como madre de todos los discípulos.  


Y desde aquella hora el discípulo (todos los discípulos), acogió a María en su casa.


Jesús no nos deja solos, nos deja la compañía de María, para que la llamemos madre.





11.  MARÍA, REFUGIO DE LOS PECADORES


En nombre de Cristo os lo pedimos:  reconciliaos con Dios (2 Corintios 5, 20-21)




Hay momentos duros, tiempos de cruz, pero nada puede destruir la alegría sobrenatural, que se adapta y se transforma y siempre permanece al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo.


Es una seguridad interior, una serenidad esperanzada que brinda una satisfacción espiritual incomprensible para los parámetros humanos (GE 125)






12.  MARÍA, CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS.


Jesús dijo a las mujeres:  "Alegraos" (Mateo, 28, 8-10)



No tengas miedo de la santidad.


No te quitará fuerzas, vida o alegría.


Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando  te creó y serás fiel a tu propio ser (GE 32).



13.  MARÍA, MADRE HUMILDE DE LA ESPERANZA


¡Feliz el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron! (Lucas, 11, 27-28)



Esto debería entusiasmar y alentar a cada uno para darlo todo, para crecer hacia ese proyecto único e irrepetible que Dios ha querido para él desde toda la eternidad:  "Antes de formarte en el vientre, te elegí, antes de que salieras del seno materno, te consagré" (Jer 1, 5) (GE 13)




14.  MARÍA, MAESTRA DE ORACIÓN


Eran asiduos en la oración con María, madre de Jesús (Hechos de los Apóstoles, 1, 14)





En nosotros hay un gran deseo para orar.  María, en compañía de los discípulos de Jesús, gustaba de la oración.  Ella puede ser Maestra de oración.  


Quizá solo nos diga:  "Déjate querer por Dios".


Dejarse querer no es tarea fácil.


Di desde lo profundo de tu corazón:  ¡Qué bueno es el Señor! (Sal 34, 9)




15.  MARÍA, MADRE DE LA GRACIA


¿Dónde está, muerte, tu victoria?  Gracias sean dadas a Dios que nos da la victoria (1 Corintios 15, 55-57)









Nos unimos a la alegría de María, cuya vida es una acción de gracias  a Dios.


Dar gracias nos hace más humanos y mejores personas.


Dar gracias a Dios nos hace humildes y abiertos.


En nombre de los pobres y humildes, María supo dar gracias por su presencia, por sus beneficios, por su ayuda, por su amor.


Damos gracias a Dios que nos da la victoria.



16.  MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA


He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos será su pueblo, y el "Dios con ellos" será su Dios (Apocalipsis, 21, 2-3)




Esta Iglesia, este pueblo que ama y sigue a Jesús, tiene en María a su madre y modelo.  


Con Ella aprendemos a decir "sí".


De la Anunciación hasta el Calvario.


Su vida nos enseña que somos peregrinos en la fe y la esperanza.


Hoy vive feliz en Dios.


Y nos señala el camino.


¡Madre, ayuda nuestra fe!  Siembra en nuestro corazón la alegría del Resucitado.  Recuérdanos que quien cree nunca está solo.  Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que Él sea luz en nuestro camino. (Papa Francisco, Lumen Fidei)




17.  MARÍA, MADRE DE LOS DETALLES


Un niño nos ha nacido...  Consejero admirable, Dios poderoso, Príncipe de la paz...  (Isaías 9, 5-6)




En la vida de María, como en la nuestra, hay una sucesión de pequeños detalles.  


Todo se construye a través de pequeños detalles de amor:  la familia, la amistad, la parroquia, la clase, el trabajo..., todo está hecho con pequeños detalles cotidianos.


La Iglesia también avanza a través de los pequeños detalles.


María en Nazaret, y también después de Pascua, está acostumbrada a los pequeños detalles.


"A veces, por un don del amor del Señor, en medio de esos pequeños detalles se nos regalan consoladores experiencias de Dios"  (GE145).




18.  MARÍA, MEDIADORA DE LA GRACIA


El rey Asuero dijo:  "Te daré lo que me pidas, reina Ester.  Aunque sea la mitad de mi reino, te será concedido"  (Ester, 8, 3)




María, mediadora nuestra ante el Señor, en Ti la humanidad pone toda su alegría, espera tu  protección y encuentra su refugio. 

 He aquí que yo también vengo a ti con alma ferviente, pues no me atrevo a acercarme a tu Hijo, e imploro tu ayuda para obtener mi salvación.

¡Tú que eres compasiva, Tú que eres la madre del Dios de misericordia, ten piedad de tu servidor!


San Efrén el Sirio, siglo IV




19.  MARÍA, CAUSA DE NUESTRA ALEGRÍA


Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios (Isaías 61, 10)




Alégrate, María, porque el Señor está contigo.  


Desborda de gozo, María, porque el Señor te ha mirado con amor.


No temas, María.


Alégranos, María, porque nos llevas a Jesús.


Ayúdanos, María, a descubrir el mensaje Salvador que tiene Jesús para mí.


Gracias, Dios de la alegría por habernos dado a María de Nazaret.  Con Ella aprendemos a vivir el Evangelio con alegría.  Con Ella nos damos cuenta de que eres un Dios que hace maravillas.




20.  MARÍA, SOSTÉN DE LA FE


Teniendo una nube tan ingente de testigos...  (Hebreos, 12, 1-2)




"No tengáis mido a la santidad.  No te quitará fuerzas, vida o alegría.  Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó y serás fiel a tu propio ser" (GE 32)


Salve, Tú que apagas hogueras de errores.  

Salve Tú que revelas al creyente el Dios Trino.

Salve, Tú que nos muestras a Cristo, el Señor y el Amigo.

Salve, alegría de todas las gentes.


Del himno "Akathistos", de la liturgia bizantina




21.  MARÍA, MADRE DEL AMOR HERMOSO


Yo soy la madre del amor puro, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. Me doy a todos mis hijos desde la eternidad (Eclesiástico 24, 17-18)




Amar no es sencillo.  Dejarse amar tampoco es fácil.  Lo más determinante en la vida es estar abiertos al amor.  El amor puro nos lleva a entregar la vida por amor.  Déjate amar y liberar por Dios.  "Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, esto es santidad"  (GE 86)




22.  MARÍA, REINA DEL CIELO


Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado:  su principado, traerá una paz sin límites.




María, en tu humildad y pobreza, Dios te hizo reina.


Te miro, feliz en Dios, y ya veo en plenitud el futuro al que Dios me llama.


No olvides interceder por mí para que la paz de Dios también llegue a mi vida.





23.  MARÍA, SALUD DE LOS ENFERMOS


Eran nuestras dolencias las que Él cargaba, eran nuestros dolores los que Él soportaba (Isaías 53, 4-5)





Hoy traigo a mi oración a todos los que están enfermos.  

Sé que tu amor lo puede todo.

Pero también sé que cuentas conmigo para ser una presencia amiga con los que sufren.

Sé que me llamas a hacer como María, que salió de su zona de confort para estar cerca de Isabel, que estaba en dificultades.  

Quiero aprender de María a ser portador de tu compasión hacia los que más sufren.





24.  MARÍA, AUXILIO DE LOS CRISTIANOS


Dice su Madre a los sirvientes:  Haced lo que Él os diga. (Juan 2, 5)






Virgen María de Caná,

Auxiliadora atenta.


Que, una vez más,

enrojezcan las tinajas

el agua estancada,

que no limpia,

ni calma la sed.


Que, siguiendo a tu Hijo,

se tinten de color

las aguas turbias

de nuestros desamores.


Que, invitada de nuevo

a nuestra mesa,

alegres de claridad

nuestra noche oscura.




Virgen María de Caná,

Auxiliadora nuestra.



Que nuestra vida sea contigo

torrente de agua viva,

y sonriente vino,

que corra vivaz

por nuestras venas,

y transforme

nuestro ánimo insolente

en abrazo de amigo,

en espíritu ardiente.




Gracias, Señor Jesús, por darme a tu Madre como mi madre y auxilio.


La miro y me animo a ser más fiel a tu Evangelio.


Sé que Ella reza por mí y conmigo.


Para que, todos los días, en todos los lugares, y en todos mis hermanos en la fe, podamos cantar, libres y felices, al ritmo del Evangelio.




25.  MARÍA, SEÑORA DE LA EUCARISTÍA


Tomad y comed, esto es mi Cuerpo...

Tomad y bebed, pues esta es mi Sangre derramada por muchos, para el perdón de los pecados (Mateo 26, 26-28)





En el fondo la santidad es vivir en unión con Él los misterios de la vida (GE 20)


María nos conduce a la Eucaristía.

Ella solo quiere que encuentres a su Hijo.

Y en la Eucaristía, Él está ahí, para ti.

Jesús no se encierra en su intimidad.

Él está abierto  disponible para encontrarte transformarte.




26.  MARÍA, MADRE AMABLE Y ADMIRABLE


El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia.  El amor no presume ni se engríe, no es mal educado ni egoísta.  (1Corintios 13, 4-5)




Juan XXIII, el Papa Bueno, definía la cortesía como la nata de la caridad.  Admiramos a María por su misericordia, su dulzura, su amabilidad.  Es amable por ser digna de amor, porque está capacitada para amar y porque ama con inefable ternura.  

María nos recuerda que todo ser humano es don del amor gratuito de Dios, digno de amar y de ser amado.  

Que nuestra palabra y nuestro trato siempre alienten, animen, consuelen y fortalezcan.





27.  MARÍA, REINA DE LA PAZ 


Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones (Colosenses 3, 14-15)






María nos dio un hijo que es el príncipe de la paz.

En este Jesús encontramos el camino para hacer las paces con Dios, para vivir en armonía unos con otros y para recuperar la serenidad con nosotros mismos.





28.  MARÍA, MADRE DE LA AYUDA Y LA SALVACIÓN


Venid a mí todos los que me deseáis y saciaos de mis frutos. (Eclesiástico 24, 19-20)




Sólo Dios le da sentido y esperanza a mi vida.  Solo adoro a Dios.  Pero cuando me hago cercano a María, siento que estoy más cerca de Dios.


¡Oh Madre de Dios y madre mía!

Es verdad que no soy digno de llamarte, 

pero Tú me amas y deseas mi felicitad.

Concédeme invocar tu nombre en mi defensa

porque tu Nombre es ayuda para los que viven

y salvación para los que mueren.


San Alfonso María de Ligorio




29.  MARÍA, MÚSICA DEL EVANGELIO


Alabad al Señor que la música es buena.  Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa (Salmos 147, 1)







Dios ofreció a María una singular partitura que supo interpretar con singular belleza y gracia.

Vibraron las cuerdas de su alma y surgió melodía jamás soñada:  sones divinos entreveraban carne y sangre.  

Sinfonía perfecta de la criatura madre y de la Palabra que alumbraba como Hijo de Dios, tornado criatura.

Los caminos de María se acompasan a los ritmos variados del incansable caminar evangelizador de su Hijo.

Ternura y compasión, trabajo y entrega, escucha y perdón, presencia y cercanía, dignidad y paz, acordes que tejen la armonía natural y alegre de Aquella que hizo de su vida un "hágase" confiado y feliz.




30.  MARÍA, PUERTA DEL CIELO


Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo (1ª Carta a los Corintios 15, 55-57).




Con María, la humanidad renace fraterna y vuelve a tocar a Dios.

Virginal doncella, de nombre María, fragante hermosura, tierno resplandor, espléndida sencillez, recia suavidad, gentil entereza, canción y poesía.

Contigo, de nuevo, nacemos.

Contigo, de nuevo, ¡palpamos a Dios!




Nos unimos a la alegría de María, cuya vida es una acción de gracias a Dios.  

Dar gracias nos hace más humanos y mejores personas.

Dar gracias a Dios nos hace humildes y abiertos.

En nombre de los pobres y humildes, María supo dar gracias por su presencia, por sus beneficios, por su ayuda, por su amor.

Damos gracias a Dios que nos da la victoria.




31.  MARÍA, MADRE DEL AMÉN


Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; ¿y de dónde a mí que venga a verme la madre de mí Señor? ¡Feliz la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!  (Lucas 1, 42, 43-45).






En la vida

solo nos vale amar,

lo demás es errar

y extraviar el camino.


Sobre la cruz de Jesús 

descarta todas tus penas.

Empápate de caridad, 

solo nos vale amar.


Quien sigue a Jesús lo escucha

en oración y silencio.

Acierta quien sabe rezar,

lo demás es rezar.


Al final, sabe quien ama

y el que no, no sabe nada.

Elige, pues, con buen tino,

¡no extraviarás el camino!


Por amor dijo "sí" María;

por amor murió Jesús.

Solo por amor vivimos;

solo por vivir amamos.


En la vida y en la muerte 

solo nos vale amar;

lo demás es errar 

y extraviar el camino.