«María de la Pasión se dejó alcanzar por Dios, el único capaz de colmar la sed de verdad que la habitaba… En el corazón de su compromiso misionero sitúa la oración y la Eucaristía, porque para ella la adoración y la misión se funden en una misma actividad. Alimentada por la Escritura y por los Padres de la Iglesia, mística y activa, apasionada e intrépida, se da con una disponibilidad intuitiva y audaz a la misión universal en la iglesia»
San Juan Pablo II
20 de octubre de 2002,
día de la beatificación de Madre Fundadora
Con cariño a nuestras hermanas FMM,
siempre en nuestro recuerdo y en nuestra oración.







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