Virgencita soberana,
Fuente que delicias mana
de dulcísimos arcanos;
Estrella de la mañana,
Auxilio de los cristianos...
Refugio de pecadores
que en Ti cifran sus anhelos;
que trueca espinas en flores...
Mística escala de amores
para subir a los cielos.
Faro que radiante brilla
en las angustias mortales
de un mar sin puerto ni orilla
Azucena sin mancilla
de los prados celestiales.
Paloma de blanco vuelo
Celestial, áureo sagrario
donde Dios bajó a este suelo...
Nubecilla en el Carmelo,
Pasionaria en el Calvario...
Madre: recibe mis flores
cogidas en los lozanos
jardines de mis amores.
Rindo a tus pies soberanos
sus perfumes y colores,
Auxilio de los cristianos.
PEDRO A. MORGADO
AÑO DE 1962
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