Jesuita francés, misionero y autor de obras de espiritualidad, dirigió espiritualmente a Santa Margarita M.ª de Alacoque y propagó la devoción del Corazón de Jesús.
1. Cuando se ha empezado a gustar de Dios, poco espacio queda en el corazón para las criaturas y poco también para el recuerdo.
2. Es una burda ilusión la de los falsos devotos que se persuaden de que están llenos de amor de Dios, aunque alimentan en su corazón aversiones y envidias al prójimo.
3. Dios será siempre bueno con nosotros si esperamos en Él. Es preciso no juzgar la conducta de un Padre tan bueno por el exceso de nuestras ingratitudes, por muy malos que seamos.
4. Si María no hubiera sido más pura que los ángeles, el Verbo no habría venido dignamente a habitar en Ella.
5. ¡Hablo poco de Ti, Dios mío! Es que pienso poco en Ti y que te amo también poco.
6. María ha recibido más que ninguna otra criatura, y eso mismo la humilla, porque no lo ha merecido.
7. Es necesario querer sin reserva todo lo que Dios quiere.
8. Abandona sin reserva el pasado y el porvenir en la misericordia de Dios.
9. Haz ver que amas a Dios tanto en las cruces como en los consuelos.
10. Todo cuanto haces por el prójimo redunda más en beneficio tuyo que suyo.
11. El mal que has hecho no es nada en comparación con el que haces faltando a la confianza.
12. ¿Me alaban los hombres? Pues se engañan, es una injusticia que hacen a Dios.
13. Dichosa la debilidad que sirve de aumento a la humildad y nos obliga a poner en Dios toda nuestra esperanza.
14. ¡Qué lejos estaríamos de llevar mal el ser pospuestos a todo el mundo, si tuviéramos cabal conocimiento de nosotros mismos y quisiéramos recordar todas las faltas que hemos cometido!
15. Que Dios nos conceda la gracia de vivir y morir en el Sagrado Corazón de Jesús, nuestro tesoro y nuestro amor.
16. Permanece siempre en el Corazón de Jesús con todos los que se han olvidado completamente de sí mismos y no piensan sino en amar y glorificar a Aquel que es el único merecedor de todo nuestro amor y de toda nuestra gloria.
17. La humildad y la obediencia te sacarán de todos los peligros.
18. El Corazón de Jesús está siempre dispuesto a recibirnos y a servirnos de asilo, de morada y de paraíso en esta vida.
19. De todas las clases de confianza, la que honra más al Señor es la de un insigne pecador que está tan persuadido de la misericordia infinita de Dios, que todos sus pecados le parecen un átomo en presencia de esta misericordia.
20. Ya sé, Señor, que no es justo hacer favores a un ingrato, pero no es tu justicia lo que pido, sino tu misericordia.
21. Ten grandes sentimientos de la bondad de Dios, que es infinitamente más grande de lo que puedas concebir, y cree, a pesar de todas las razones en contra, que Él te ama no obstante todas tus miserias.
22. Es maravilloso ver cuántos beneficios temporales y espirituales me han venido con la enfermedad.
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