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domingo, 28 de enero de 2024

CAMINA CONMIGO (II), 24 FRASES PARA EL CAMINO: SANTO TOMÁS DE AQUINO

 







SANTO TOMÁS DE AQUINO (1225-1274)

Dominico italiano, se le considera guía principal del pensamiento católico en filosofía y teología.  Es doctor de la Iglesia.





1.  La bienaventurada Virgen es llamada Madre de Dios no porque sea madre de la divinidad, sino porque es madre, según la humanidad, de la persona que tiene la divinidad y la humanidad.

2.  La vida activa favorece la vida contemplativa, pues dirige y ordena las pasiones del alma.  Por eso dice san Gregorio:  "Quien desee conservar la ciudadela de la contemplación debe ejercitarse antes en el campo de las buenas obras".

3.  Los nombres impuestos por Dios significan siempre algún don gratuito que Dios les concede.  A Cristo le fue otorgada la gracia de ser el salvador de todos los hombres.  Y así, fue convenientemente llamado "Jesús", que quiere decir "salvador".

4.  No puede llamarse buena una voluntad si una mala intención es su causa.  Por ejemplo, quien quiera dar una limosna por vanagloria quiere algo que de por sí es bueno (la limosna), pero en razón de un mal (la vanagloria), que hace mala la voluntad.

5.  Entre aquellos a los que se manifestó Cristo hubo cierta diversidad:  que los Magos eran sabios y poderosos; los pastores, sencillos y de humilde condición.  También se manifestó a los justos, como Simeón y Ana.  Se manifestó también a los varones y a las mujeres para indicar que ninguna condición quedaba excluida de la salvación de Cristo.

6.  Por el bautismo de Cristo, se nos abre la entrada del reino celestial, cerrado por el pecado del primer hombre.  Con el bautismo de Cristo, se abren los cielos para manifestar que a los bautizados les queda expedito el camino del cielo.

7.  A los amigos que pecan, como dice Aristóteles, "no se les ha de privar de los beneficios de la amistad, mientras se tenga la esperanza de su corrección".  Al contrario, se les ha de prestar más ayuda.  Pero cuando su maldad llega al extremo, haciéndose incorregibles, entonces no se les debe otorgar la familiaridad de la amistad.

8.  Si hablamos de la perfecta bienaventuranza que tendrá lugar en el cielo, no se requiere necesariamente la compañía de los amigos, porque el hombre tendrá la plenitud completa de su perfección en Dios.

9.  Los jóvenes, a causa del ardor de la naturaleza, tienen muchos ánimos vitales que les ensanchan el corazón.  Y, como de esta expansión del corazón nace la tendencia a lo difícil, los jóvenes son animosos y esperanzados.

10.  La ciencia y todo lo que implica superioridad puede ser ocasión de que el hombre se envanezca y no se entregue totalmente a Dios.  No obstante, si el hombre somete a Dios la ciencia, con esto acrecienta la devoción.

11.  Todo buen consejo para la salvación del hombre procede del Espíritu Santo.  El hombre necesita del consejo cuando se halla en la tribulación, lo mismo que se necesita el del médico cuando alguien enferma.

12.  Los que son más aptos para la vida activa pueden, por su ejercicio, disponerse para la contemplativa; asimismo, los mejor dotados para la vida contemplativa pueden soportar las obras de la vida activa para hacerse así aún más aptos para la contemplación.

13.  La corrección fraterna es acto de la caridad, porque por ella ahuyentamos el mal del hermano, el pecado.

14.  Cuando nuestra mente busca los bienes temporales para descansar en ellos, queda esclava de ellos.  Pero si los buscamos en orden de la bienaventuranza, lejos de someternos a ellos, los elevamos.

15.  Todas las cosas intentan alcanzar su perfección, que consiste en una semejanza de la bondad y perfección divinas.  La bondad divina es el fin de todas las cosas.  Dios no hace nada para utilidad propia, sino que solo obra por su bondad.

16.  Los bienes temporales están sujetos al hombre para que use de ellos según sus necesidades, no para que ponga en ellos su fin ni se preocupe de ellos en demasía.

17.  La bondad, que en Dios es simple y uniforme, en las criaturas es múltiple y está dividida.  Así la bondad de Dios está participada y representada de un modo más perfecto por todo el universo en conjunto que lo estaría por una sola criatura, cualquiera que fuese.

18.  El voto de obediencia es el más importante del estado religioso porque por él se ofrece a Dios la propia voluntad, la cual es más excelente que el mismo cuerpo, ofrecido por el hombre a Dios mediante el voto de castidad, y que las cosas exteriores, que el hombre ofrece a Dios mediante el voto de pobreza.

19.  El estado religioso tiene como fin conseguir la perfección de la caridad, que lleva consigo principalmente el amor a Dios y, secundariamente, el amor al prójimo.  Por eso, los religiosos deben procurar ante todo entregarse a Dios.

20.  Cuando alguien se ensoberbece por las riquezas y no reconoce como venido de Dios todo lo que posee, comete una maldad muy grande, porque todo cuanto tenemos, sea espiritual o temporal, viene de Dios.

21.  No hay humildad tan grande como la de Cristo, que siendo Dios quiso hacerse hombre, y siendo Señor, quiso ser como un sierbo, haciéndose obediente hasta la muerte, como dice san Pablo (Flp 2,8).  

22.  La Iglesia "gloriosa, sin mancha ni arruga", es el último fin hacia el cual somos conducidos por la pasión de Cristo.  Esto se realizará e la patria (celestial), no en esta vida, pues san Juan enseña:  "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos nosotros mismos".

23.  La unidad de la Iglesia radica en dos realidades:  en la conexión o comunicación entre los miembros de la Iglesia y en la ordenación de todos ellos bajo una cabeza común, Cristo, de quien el Sumo Pontífice es imagen de la Iglesia.

24.  El reino de los cielos puede entenderse, según san Agustín, como el principio de la sabiduría perfecta, es decir, cuando empieza a reinar en las almas el espíritu.









domingo, 5 de noviembre de 2023

CAMINA CONMIGO (I), 24 FRASES PARA EL CAMINO: SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ

 






Las frases pertenecen a los escritos de Santa Ángela de la Cruz (1846-1932).  Religiosa sevillana, fundadora de la Compañía de la Cruz. Beatificada en Sevilla  el 5 de noviembre de 1982, por Juan Pablo II.  Canonizada en Madrid por el mismo Papa el 4 de mayo de 2003.



01.  Debemos mirar los motivos de sufrimientos con los ojos de la fe, que nos dice que son los medios para santificarnos.

02.  La cruz, que es también un camino de Dios, tiene que ser nuestro camino.  Y su cruz aceptada nos lleva directamente a la Salvación.


03.  ¡Qué buena es María, nuestra Madre, nuestra Reina, nuestra Señora, nuestra Maestra y protectora!


04.  La que ama a Dios se multiplica porque va pareja la confianza con el amor, y lo que ella no puede, lo puede Dios.


05.  El cristiano tiene que echar fuera de sí todo lo ilícito, renunciar a todo antes que pecar.


06.  Hasta donde llegue vuestra fe llegará la gracia de Dios.


07.  ¡Qué bueno es vivir completamente unida a la voluntad de Dios en las alternativas de la vida!


08.  En el amor está el mérito de nuestras acciones.  Está el ser dichosas.  Está la perseverancia.  Está el remedio de nuestros males.  Está la fortaleza para vencer a nuestros enemigos y para caminar a pasos firmes hasta entrar en la gloria.


09.  En morir en esta vida por el ejercicio de las virtudes, y principalmente por la abnegación de la propia voluntad, está la vida espiritual en este mundo y da principio a la que ha de durar por toda la eternidad.


10.  Mirad por las necesidades.  No rehuséis los sacrificios que tenéis que llevar a cabo, porque todos serán recompensados por nuestro buen Dios, que los recibe como hechos a Él directamente.


11.  No tienes motivo de desconfianza, sino de confiar que te harás santa; porque en la nada obra nuestro Señor la santidad, para que se vea que todo lo bueno que hay en el mundo es obra de Dios.  

    "Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia".  Respecto del prójimo, es compadecerse de sus miserias, socorrerles en sus necesidades, muy particularmente las espirituales, ayudando a los pecadores a salir de culpa y adoctrinando a la juventud para que conozcan a Dios y le amen.

    No obremos nunca por otros motivos que por los de agradar a Dios, que ya sabemos que es lo que nos ha de poner en posesión de su eterna unión:  no el hacer mucho, grande y ruidoso; sino hacer su santa voluntad hasta en las cosas más pequeñas y menudas.


12.  ¡Cuánto se va aumentando el amor en el alma que obra por la fe y vive descansando en la esperanza!


13.  Estamos muy escasas de mortificación por no respirar el espíritu de Jesucristo, y por eso no estamos prontas para el sacrificio.


14.  En la oración está el remedio de todos los males; la oración cura todas las enfermedades, cicatriza todas las heridas, endulza las amarguras.


15.  No dar lugar  a la tristeza por nada de lo que pueda ocurrir, que para los que sirven a Dios no debe haber penas, endulzándolas todas con la voluntad de Dios.


16.  Con santo recogimiento estudiad mucho lo que Dios os pide, y haced propósitos eficaces de darte todo cuanto quiere.
 

17.   Ánimo, paz y alegría; esto no puede faltar nunca a los seguidores de Cristo.


18.  Porque nuestro país es la cruz.  En la cruz voluntariamente nos hemos establecido y fuera de la cruz somos forasteras.  Pues la que, establecida en la cruz, quiere vivir sin cruz es tanto como querer vivir errantes fuera de su país donde puede gozar de paz y ventura.


19.  ¡Bendita sea la comunión que sana todos los males, cicatriza todas las heridas y da la paz y tranquilad a las almas!


20.  Son tantos los beneficios que diariamente recibimos de la mano amorosa de nuestro Dios y Señor, que toda nuestra correspondencia, así fuera angélica, no sería suficiente a pagar.


21.  Amad mucho a Dios, que os ha mirado con predilección siempre:  despiertas, durmiendo, trabajando y descansando, en toda hora y momento.


22.  La que no esté animada de una santa alegría no contribuye a los planes de Dios, que quiere que le sirvamos con alegría, para hacer de nosotras lo que sea de su agrado aunque a nuestra voluntad le repugne un poco.


23.  Cuánta debe ser nuestra confianza en la misericordia de Dios, que como Padre cariñoso todo nos lo perdona, nos lo dispensa y no quiere más que nuestro bien.


24.  Apliquémonos las enseñanzas de nuestra Santísima Madre:  Ella conoció la voluntad de Dios, y la vemos siempre firme repitiendo el ofrecimiento que hizo de Sí misma a su Dios.  Nada la hizo variar:  ni los acontecimientos, ni los contratiempos, ni las humillaciones, ni los dolores del Calvario; siempre firme y contenta haciendo la voluntad de su Padre celestial.