JMB
02/08/2023
Fiesta de Ntra. Sra. de los Ángeles
Las fiestas de María Auxiliadora se prolongaron este año un mes y llegaron así, hasta el 19 de Julio, día en que nos visitó la Madre General de las FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍA, que no ha querido perderse los festejos por el cincuenta aniversario de la fundación en Pozo del Camino, cuna de Andalucía...
Hubiera sido un hermoso titular si no fuera porque en octubre de 2010 nos dejaron las que siempre encarnaron el auxilio personificado de la Virgen en nuestro Pozo y alrededores. Su ímpetu misionero las hacia volar a los alrededores, especialmente a La Redondela y, más tarde, a Isla Cristina.
La parroquia de Pozo sigue sufriendo su merma Siempre hicieron de cemento entre las "piedras vivas" que hacían crecer y construir la Iglesia, como un nuevo San Damián, formando a niños, jóvenes y adultos, animando la creación de grupos, atendiendo a los enfermos en el dispensario y a domicilio, llevándoles a Jesús, animando la liturgia, enseñando mecanografía, costura, manualidades,... enseñándonos a ayudar siempre, pese a todo.
Y cuando no había cemento, levadura. Y así nació el centro contra la droga San Francisco de Asís, en Isla Cristina, nunca reconocido y agradecido lo suficiente.
Dos plazas recuerdan en Pozo su huella profunda, dejada tras 37 años desde la fundación. Una en el término municipal de Ayamonte (Parque de las Monjas), y la otra, en el de Isla Cristina (Plaza Hermanas Franciscanas Misioneras de María), en la antigua terraza de la Parroquia, a la que sirvieron y atendieron desde su venida, entregando su vida a girones, entre sus muros.
Su casa, hoy habitada, sigue siendo un grito en silencio ante trece años de ausencia que crisparon las celebraciones cincuentenarias del Instituto en Andalucía, donde no había fundación más antigua.
El mejor homenaje que podemos hacerle al Instituto y a nosotros mismos, es una parroquia unida. Los pueblos se conocen porque la gente se ayuda sin más. Hemos de ayudar en esta "reconstrucción", formando parte de su vida diaria, no sólo en actos grandes, sino cuando más nos necesita que es, el resto del año, cuando su boceto se difumina de la vista, pero no del corazón de aquellos que aman a Dios.
Desde que se fueron las hermanas faltan muchas cosas: la blancura inocente del Presbiterio, algarabía a las afueras del templo, grupos de jóvenes (remitidos a otros grupos y perdidos en nuestra parroquia), pastoral de enfermos, escandalosamente olvidada desde su marcha, formación de adultos, ilusión por hacer las cosas nuevas, premios al trabajo como un refresco con galletas (no podía ser más franciscano el detalle "asuncionista"), martilleo de teclados, murmullo de máquinas de coser, cursos de cocina, juego de niños de párvulos, lloros ante la visión de la inyección, por muchos caramelos que nos dieran; salones parroquiales siempre a punto para catequesis y reuniones (hoy, de los tres existentes, ninguno reune las condiciones óptimas para ello); predicaciones sin fin que eran su vivo ejemplo a seguir, servicio a todos los vecinos, sin distinción, apostolado de la sonrisa permanente, aceite para nuestras heridas,...
La revitalización de la espiritualidad de la parroquia nos ha de llevar a su restauración, más allá del templo parroquial (que también), no buscando en otros lugares lo que tenemos en casa. No siendo "sal" fuera de casa, sino "levadura" que fermente la masa, laboriosamente trabajada por estas frágiles mujeres en la carne y fuertes en el espíritu.
¡¡COMENCEMOS, HERMANOS, A SERVIR AL SEÑOR, PORQUE HASTA AHORA POCO O NADA HEMOS HECHO!! (S. Francisco de Asís)
No compartimos necesariamente la opinión del autor
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