Agradecemos la fotografía a Pedro López Rodríguez
Eres tan sencilla como luz de amanecer;
eres tú, María, fortaleza de mi fe.
Tú eres don, eres del Señor,
te dejas acariciar por su Amor.
Eres tan humilde como el vuelo de un gorrión;
eres tú, María, el regazo del Amor.
Tú eres don, eres del Señor,
te dejas acariciar por su Amor.
Yo quiero estar en las manos del Señor,
como tú. para amar,
en las manos del Señor, como tú.
Eres tan pequeña como el canto de mi voz.
eres la grandeza de Aquel que te creó.
Tú eres don, eres del Señor,
te dejas acariciar por su Amor.
Eres tan hermosa como el cielo, como el mar;
eres tú, María, como el gozo de soñar.
Tú eres don, eres del Señor,
te dejas acariciar por su Amor.
Amén.
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