sábado, 9 de febrero de 2013

SOR EUSEBIA PALOMINO (09/FEB)







Una pequeña niña en Salamanca

Eusebia Palomino Yenes nació en Cantalpino, en la provincia de Salamanca, al oeste de España, el 15 de diciembre de 1899. La familia de Agustin Palomino era muy pobre. Él era un hombre de fe. En cierta época del año, Eusebia y su padre tenían que salir a pedir limosna a los pueblos cercanos, pero lo hacían con alegría y con una fe llamativa.

Aprendiendo de su padre


En esos largos viajes, Agustín le inculcó a su hija la fe y ella demostró su interés en aprender los misterios de Nuestro Señor. Eusebia trabajaba, rezaba y quería a su familia. El día de su Primera Comunión Eusebia lo vivió intensamente. Poco después fue empleada para ayudar a una familia pudiente. Ella no dejó de prestar atención a su crecimiento como adolescente, poniendo su amistad con Jesús en el primer lugar.

Como ayudante de cocina con las Hermanas


Fue enviada a Salamanca, primero a hacerse cargo de los niños y después como asistente del albergue. Ella quería en realidad ser Hermana. Un día, mientras trabajaba con la azada, encontró una medalla de María Auxiliadora. Poco tiempo después una misteriosa amiga la llevó al Oratorio de las Hermanas. La invitaron a quedarse allí como ayudante. Cosa rara, la cocina fue su lugar para educarse y a menudo iban a la cocina para obtener una palabra amable de esta chica de la cocina, joven e ignorante.

Finalmente, Hermana Salesiana


La Madre Vicaria fue a Salamanca y la aceptó como postulante. Eusebia hizo su noviciado en Barcelona, donde ejemplificó a sus compañeras con su humildad y su sonrisa. Se convirtió en Hija de María Auxiliadora en 1924 y fue enviada a Valverde del Camino como cocinera y ayudante doméstica. Empezó a llevar a cabo su trabajo ordinario extraordinariamente igual a como Don Bosco quería, tanto que el Señor la llenó de dones.
 
 
 
Las niñas atraídas por su espiritualidad


Las niñas siempre querían estar cerca de ella, atraídas por su espiritualidad. Empezó a trabajar en el Oratorio. Seminaristas, adultos y sacerdotes solicitaban su consejo, animados por su espíritu de oración y por su fe convincente. Ella difundió la devoción a las Llagas Sagradas del Señor y a la llamada “esclavitud Mariana” de San Luis M. Grignion de Montfort. Se ha hablado de muchas cosas maravillosas que le sucedieron durante su vida.

Profeta


Como Don Bosco, había recibido del Señor el don de la profecía. Predijo la guerra civil española y se ofreció a sí misma como una víctima por España. A partir de entonces se empezó a sentir mal. Su Directora, Sor Carmen Moreno, que fuera Mártir y Beata, la cuidó mientras se preocupaba por su situación. Sor Eusebia le profetizó su martirio.
 
 
 
Visiones y muerte
 

Antes de morir tuvo visiones y éxtasis. Fue hacia el Señor el 10 de febrero de 1933. Juan Pablo II la declaró Beata el 25 de abril de 2004. Su cuerpo descansa en Valverde.



 
 
 
 
 

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