domingo, 12 de septiembre de 2010

12 DE SEPTIEMBRE: DULCE NOMBRE DE MARÍA


Según costumbre de los judíos, ocho días después del nacimiento de la Virgen, sus padres le impusieron el nombre de María. La liturgia, que ha fijado algunos días después de la Navidad la fiesta del santo nombre de Jesús, ha querido instituir también la fiesta del santo nombre de María poco después de su Natividad.



El nombre hebreo de María, en latín Domina, significa Señora o Soberana; y eso es ella en realidad por la autoridad misma de su Hijo, soberano Señor de todo el universo. Gocémonos en llamar a María Nuestra Señora, como llamamos a Jesús Nuestro Señor; pronunciar su nombre es afirmar su poder, implorar su ayuda y ponernos bajo su maternal protección y auxilio.




DECIR TU NOMBRE, MARÍA

Decir tu nombre, María,

es decir que la Pobreza

compra los ojos de Dios.

Decir tu nombre, María,

es decir que la Promesa

sabe a leche de mujer.

Decir tu nombre, María,

es decir que nuestra carne

viste el silencio del Verbo.

Decir tu nombre, María,

es decir que el Reino viene

caminando con la Historia.

Decir tu nombre, María,

es decir junto a la Cruz

y en las llamas del Espíritu.

Decir tu nombre, María,

es decir que todo nombre

puede estar lleno de Gracia.

Decir tu nombre, María,

es decir que toda muerte

puede ser también Su Pascua.

Decir tu nombre, María,

es decirte Toda Suya,

Causa de Nuestra Alegría

y Auxilio del cristiano.

Pedro Casaldáliga

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