jueves, 5 de agosto de 2010

AUXILIADORA NUESTRA VERANO (JULIO) - II


POZO DEL CAMINO CON SUS FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍA




Pozo del Camino ofreció un justo homenaje a las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, justamente cuando se cumplen 37 años desde su llegada a nuestra tierra, en el 1973.





La marcha inminente de las cuatro hermanas, ha provocado que se les hiciera este sencillo reconocimiento a su labor durante esos años, donde han compartido con los pozocamineros lo bueno y lo menos bueno.





En 1981 se extendieron también a Isla Cristina, viviendo en un piso en la barriada de la Punta del Caimán, en la calle del profesor Ramón Noya. Hace unos años, las que vivieron en Isla Cristina, cerraron la “casa”, y dejaron, con el buen sabor de quienes se dedican por amor a servir a los demás; siendo, como en Pozo, el paño de lágrimas de cuantas personas acudieran a ellas. De ellas partió la idea de fomentar el trabajo con los drogodependientes, a los que dedicaron su mayor esfuerzo; y del que los isleños, pudieron aprovecharse para iniciar su recuperación y su reencuentro con la vida. También cabe destacar su dedicación en las escuelas (estatal y parroquial), escuela de formación de la mujer (corte y confección), dispensario, alfabetización de adultos, guardería infantil, clases de mecanografía, amén del trabajo pastoral: catequesis, liturgias, ensayos de canto, grupos de jóvenes, visita y atención a los enfermos…



Sin embargo, la casa de Pozo del Camino, primera fundación de Andalucía, seguiría abierta, justamente hasta finales de Agosto de este año en que les toca marcharse de manera definitiva.



La Eucaristía, en la que participaron nueve sacerdotes, fue muy emotiva. Dentro de su sencillez franciscana -las hermanas no querían ningún acto en el que se ponderara y destacara su labor-, pero no pudieron evitar que les llegara el calor de su familia grande de Pozo del Camino y también de Isla Cristina.



La Archicofradía de María Auxiliadora le hizo entrega a las cuatro de sendas fotos de la Patrona de Pozo así como de un Rosario celeste (no podría ser de otro color), de la Madre y Reina de los pozocamineros. Del mismo modo los Ayuntamientos de Isla Cristina y Ayamonte las obsequiaron con las medallas de la Virgen Salesiana y de la Virgen de las Angustias.



Y por fin, en la tapia que da al jardín en el lugar donde las ‘monjitas’ han residido todos estos años, se colocó una cerámica, ofrecida por la Archicofradía, que fue descubierta por ellas y que las emocionó mucho, escapándoseles unas lágrimas. Como comentaba una de ellas, “somos humanas, y nos emocionamos como cualquiera”. No en vano dejan un lugar donde se han sentido como en su propia casa, parte de una familia muy querida. Muchos aplausos, cuando el párroco, bendijo este hermoso recuerdo que perdurará por muchos años entre los pozocamineros.



Un día de emoción gozosa porque hemos compartido con ellas momentos hermosos y nos hemos beneficiado de su generosa entrega; pero también momento de nostalgia y de tristeza porque Pozo del Camino, pierde una de sus más entrañables joyas de identidad.



Ante el azulejo, posaron Myrian Leguey, Teresa Vega, Josefa de Frías y Ángeles Martínez que, desde su venida, ha dedicado todos sus esfuerzos en el cuidado de nuestra Auxiliadora.







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