lunes, 1 de diciembre de 2008

HOMENAJE A LA INMACULADA (DÍA 3)



MARÍA




“Era ella

y nadie lo sabía,

pero cuando pasaba

los árboles se arrodillaban.

Anidaba en sus ojos

el Ave María

y en su cabellera

se trenzaban las letanías.

Era ella.

Me desmayé en sus manos

como una hoja muerta,

sus manos ojivales

que daban de comer a las estrellas.

Por el aire volaban

romanzas sin sonido,

y en su almohada de pasos

me quedé dormido”



(Gerardo Diego)

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