Las tradiciones son las costumbres de larga fecha de una población. La palabra proviene de la raíz latina de la palabra "tradere", que significa "entregar y transmitir"; Por lo tanto, cuando hablamos de una tradición se piensa inmediatamente en aquello que se ha transmitido de generación en generación y su pérdida va irremediablemente unido a su fin.
Así lo hemos vivido este pasado Miércoles Santo en Pozo del Camino, bendecido por el agua, tan necesaria también en Semana Santa, que culmine nuestro camino de Cuaresma y que, dentro del templo, nos empape bien y nos introduzca en la Pascua de Resurrección.
El interés particular nunca debe sustituir al general, pues va en detrimento del bien común, mermando la prosperidad y perpetuidad de la subasta de la vara, no escrita pero siempre respetada.
Esta generación debe tomar nota de lo sucedido y reforzarla para su supervivencia en el tiempo. Quizás no sea la forma más correcta de sufragar gastos, pero es la que nos han enseñado anteriores generaciones, siendo guardada y custodiada, hasta este año y jamás profanada, dejándola naufragar con la sola voluntad de los rematantes.
Sin la tradición somos como un reino dividido que se dirige hacia la nada.
Agradecemos y felicitamos por la imagen que ilustra el artículo a su autora
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