PRESIDE LA EUCARISTÍA EL RVDO. P. ANDRÉS PARREÑO RENTERO, PÁRROCO
HIMNO DE VÍSPERAS (I)
EN LA CRUZ ESTÁ LA VIDA
Y EL CONSUELO
Y ELLA SOLA ES EL CAMINO
PARA EL CIELO.
EN LA CRUZ ESTÁ EL SEÑOR
DE CIELO Y TIERRA,
Y EL GOZAR DE MUCHA PAZ,
AUNQUE HAYA GUERRA;
TODOS LOS MALES DESTIERRA
EN ESTE SUELO,
Y ELLA SOLA ES EL CAMINO
PARA EL CIELO.
ES UNA OLIVA PRECIOSA
LA SANTA CRUZ,
QUE, CON SU ACEITE NOS UNTA
Y NOS DA LUZ.
HERMANO, TOMA LA CRUZ,
CON GRAN CONSUELO,
QUE ELLA SOLA ES EL CAMINO
PARA EL CIELO.
AL ALMA QUE A DIOS ESTÁ
TODA RENDIDA,
Y MUY DE VERAS DEL MUNDO
DESASIDA,
LA CRUZ LE ES ÁRBOL DE VIDA
Y DE CONSUELO,
Y UN CAMINO DELEITOSO
PARA EL CIELO.
DESPUÉS
QUE SE PUSO EN CRUZ EL SALVADOR,
EN LA CRUZ ESTÁ LA GLORIA Y EL AMOR,
Y EN EL PADECER DOLOR, VIDA Y CONSUELO,
Y EL CAMINO MÁS SEGURO PARA EL CIELO.
GLORIA AL PADRE, GLORIA AL HIJO, GLORIA AL ESPÍRITU.
AMÉN.
HIMNO DE LAUDES
BRILLE LA CRUZ DEL VERBO LUMINOSA,
BRILLE COMO LA CARNE SACRATÍSIMA
DE AQUEL JESÚS NACIDO DE LA VIRGEN
QUE EN LA GLORIA DEL PADRE VIVE Y BRILLA.
GEMIA ADÁN, DOLIENTE Y CONTURBADO,
LÁGRIMAS EVA JUNTO A ADÁN VERTÍA;
BRILLEN SUS ROSTROS POR LA CRUZ GLORIOSA,
CRUZ QUE SE ENCIENDE CUANDO EL VERBO EXPIRA.
¡SALVE, CRUZ DE LOS MONTES Y CAMINOS,
JUNTO AL ENFERMO SUAVE MEDICINA,
REGIO TRONO DE CRISTO EN LAS FAMILIAS,
CRUZ DE NUESTRA FE, SALVE, CRUZ BENDITA!
REINE EL SEÑOR CRUCIFICADO,
LEVANTANDO LA CRUZ DONDE MORÍA;
NUESTROS ENFERMOS OJOS BUSCAN LUZ,
NUESTROS LABIOS, EL RÍO DE LA VIDA.
TE ADORAMOS, OH CRUZ, QUE FABRICAMOS
PECADORES CON MANOS DEICIDAS;
TE ADORAMOS, ORNATO DEL SEÑOR,
SACRAMENTO DE NUESTRA ETERNA DICHA.
AMÉN.
HIMNO DE VÍSPERAS (II)
¡OH PLENITUD DEL TIEMPO CONSUMADO!
DEL SENO DE DIOS PADRE EN QUE VIVÍA,
VED LA PALABRA ENTRANDO POR MARÍA
EN EL MISTERIO MISMO DEL PECADO.
¿QUIÉN VIO EN MÁS ESTRECHEZ GLORIA MÁS PLENA,
Y A DIOS COMO EL MENOR DE LOS HUMANOS?
LLORANDO EN EL PESEBRE, PIES Y MANOS
LE FAJA UNA DONCELLA NAZARENA.
EN PLENITUD DE VIDA Y DE SENDERO,
DIO EL PASO HACIA LA MUERTE PORQUE ÉL QUISO.
MIRAD DE PAR EN PAR EL PARAÍSO
ABIERTO POR LA FUERZA DE UN CORDERO.
VINAGRE Y SED LA BOCA, APENAS GIME;
Y, AL GOLPE DE LOS CLAVOS Y LA LANZA,
UN MAR SE SANGRE FLUYE, INUNDA, AVANZA
POR TIERRA, MAR Y CIELO, Y LOS REDIME. AMÉN.
MEDITACIÓN
NADIE HA SUBIDO AL CIELO,
SINO EL QUE BAJÓ EL CIELO
El árbol de la Cruz, es para mí el de la salvación eterna. Me alimenta y lo hago mi obsequio. En sus raíces me arraigo, y por sus ramas me extiendo; su rocío me purifica y su espíritu, como un viento deleitoso, me hace fecundo. A su sombra, he preparado mi tienda, y huyendo de los grandes calores, me parece un refugio de frescura. De sus flores que florezco, y de sus frutos hago mis grandes delicias; estos frutos que me estaban reservados desde el origen, me producen un gozo sin límite... Cuando me estremezco ante Dios, este árbol me protege; cuando tiemblo, es mi apoyo; es el precio de mis combates y el trofeo de mis victorias. Es para mí el camino estrecho, el sendero tortuoso, la escala de Jacob recorrida por los ángeles, en la cumbre de la cual se apoya realmente el Señor (Mateo 7, 14; Génesis 28, 12).
Este árbol, de dimensiones celestes, ascendió de la tierra hasta los cielos, planta inmortal fijada entre el cielo y la tierra. Apoyo de todas las cosas, el apoyo del universo, soporte del mundo habitado, que abarca el cosmos y reúne los elementos variados de la naturaleza humana. Él mismo, soporte invisible del Espíritu, para que ajustado a lo divino no sea nunca más separado. Por su cima, toca el cielo, reforzando la tierra por sus pies y rodeado de todos lados por sus brazos enormes, los espacios innumerables de la atmósfera, es todo en todo y por doquier.
Si el gran Jesús no le hubiera infundido el Espíritu divino diciendo: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu" (Lucas 23,46)... Todo estaba acabado, pero cuando el espíritu divino se remontó, el universo fue en cierto modo reavivado, vivificado, y ha encontrado una estabilidad firme.
HOMILÍA GRIEGA DEL SIGLO IV